La industria publicitaria online ha tratado de combatir la ceguera de banner (que hace que el usuario no preste atención a los anuncios presentes en la página que está visitando) de todas las maneras posibles. Una que ha triunfado especialmente es la de apostar por formatos publicitarios que interrumpen la actividad del usuario y que le "obligan" a prestar atención, como pueden ser los anuncios pop-up que saltan en ventanas emergentes.
Ese tipo de anuncios sin duda alguna acaparan la atención del consumidor, pero... ¿son realmente beneficiosos para las empresas?
Un nuevo estudio de IgniteFeedback sugiere que usar estilos disruptivos para lograr el engagement del consumidor acaba provocando perjuicios en la percepción de marca. Para ello apuntan varios datos incuestionables: el 89% de los internautas odian las encuestas pop-up que aparecen cuando visitan una página (un 6% más que en 2014) y un 93% detesta los anuncios pop-up.
Claro que no era necesario un estudio para saber eso: es evidente que los consumidores no valoran ser obligados a la fuerza a interaccionar con un anuncio, o ser interrumpidos en medio de una acción que sí les interesa, y son algunas quejas recurrentes que han llevado a cada vez más usuarios a instalar bloqueadores de anuncios.
Según el estudio, las marcas siguen apostando, no obstante, por este tipo de anuncios en una visión cortoplacista del negocio, en el que se da predominancia a que el usuario vea efectivamente un anuncio, aunque eso acabe generando un sentimiento negativo hacia la marca (y hacia la web que aloja ese tipo de publicidad).
Los anuncios pop-up son también los más molestos para los usuarios de ad blockers
Los anunciantes no solo están provocando el hartazgo de los internautas, también están lanzándolos a los brazos de los bloqueadores de anuncios, una solución cada vez más popular y que supone una importante amenaza para la industria publicitaria tal y como la conocemos ahora. Y probablemente los anuncios pop-up son de los que más han contribuido al éxito de los bloqueadores, ya que, como revela una encuesta de Eyeo e Ipsos, son considerado el formato más molesto, y de hecho, los internautas situaron su nivel de disrupción en un 78,1 (sobre 100). Muy cerca llegaban los banners animados ( 69,6) y los banners desplegables (68). Estos tres formatos -junto con los anuncios vídeo que no se pueden saltar - no solo eran los que puntuaban más alto en niveles de disrupción, también eran calificados como molestos un 90% más que el resto de anuncios.
Por contra, los anuncios más aceptados eran aquellos que se integraban bien dentro del site, como los anuncios de buscadores o los anuncios display tradicionales.
La elección de unos anuncios u otros tiene especial importancia si tenemos en cuenta la rapidez con la que se está extendiendo el uso de los bloqueadores de anuncios: si a mediados de 2015 el 28% de los internautas usaban software para eliminar los anuncios, ahora son ya el 38%.
Además, tal y como demuestran numerosos estudios, su popularización es consecuencia directa del abuso de la publicidad intrusiva; según datos de Teads, el 85% de los usuarios activos de ad blockers declaran utilizarlos para eliminar los anuncios en formatos emergentes. Por contra, el 73% de los encuestados consideraría permitir el uso de listas blancas o desbloquear determinados anuncios si tuvieran valor para ellos.