
El poder del efecto halo o por qué el canal sí importa cuando se escoge cómo se lanzarán los anuncios
Por Redacción - 7 Octubre 2020
Durante los últimos años, el epicentro de lo importante en publicidad en internet ha estado en los segmentos de mercado. La carrera a conquistar y el elemento en el que los marketeros se estaban centrando era la de los nichos. Lo crucial era que tu audiencia estuviese viendo tu anuncio y que lo hiciese en el momento más adecuado para ello. Todo lo demás era un tanto secundario.
Esto fue lo que apuntaló el éxito de las acciones protagonizadas por los algoritmos y lo que posicionó de forma destacada a la publicidad programática. La promesa era, al fin y al cabo, esa: los consumidores iban a ver el anuncio más adecuado para sus intereses en el momento claro. El canal sería aquel que estuviese disponible.
Pero ¿es tan poco importante el canal? En realidad, no. Los propios anunciantes y los propios players de la industria publicitaria lo tenían más o menos presente ya incluso cuando el elemento clave parecía ser, simplemente, el de llegar a la audiencia adecuada. Al fin y al cabo, la publicidad en medios de referencia siempre se ha pagado a precios premium.
Los últimos años han acelerado, eso sí, la consciencia de que no todos los canales valen y que el contexto tiene consecuencias indirectas graves. El boom de las fake news y la desinformación hacen que los anunciantes vivan con temor (por ejemplo, temen ya lo que puede ocurrir con la percepción de su publicidad en redes sociales por ello) y escándalos como el caso YouTube han acelerado la sensación de preocupación ante las potenciales consecuencias en reputación.
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