
El vídeo, desde hace años, se ha convertido en el formato rey para hacer llegar los mensajes de las marcas y organizaciones a las personas. Por no hablar de la explosión actual de contenidos en formato audiovisual, entre los que sobresale el crecimiento de la televisión por cable . Esta ola refuerza aún más el poder hipnótico del vídeo en nosotros. Algo a lo que no es en absoluto ajena la industria de la publicidad digital.
La premisa queda clara. Pero, ¿cómo hacer para que lleguen adecuadamente las campañas de vídeo en un entorno digital tan fragmentado como el actual? Porque, por un lado, hoy podemos disfrutar de contenido audiovisual desde nuestro smartphone, la tablet, el portátil, las redes sociales, la televisión y a través de las múltiples plataformas de contenido en streaming. Y por otro, porque la estrategia digital de anuncios de vídeo actual está sujeta a menos ataduras de franjas horarias y GRPs que antaño.
Todo esto hace que en el nuevo ecosistema se demande por parte de las marcas una adaptación para que sus campañas de vídeo sean eficaces. ¿Cómo hacerlo? La regla de oro es tener en cuenta la forma más atractiva para llegar a los usuarios según el dispositivo en el que se encuentra y los múltiples canales de consumo de vídeo que utilicen.
Y junto a esto hay otra serie de elementos clave a tener en cuenta. El primero es el propio contenido; el vídeo en sí, el sport, que ha de ser la columna vertebral de las campañas que se sirven de este formato. Y esto es algo que favorece el entorno actual, ya que los usuarios ven los contenidos que desean, bajo demanda y a la carta, a través de diferentes dispositivos y están muy familiarizados con el vídeo.
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