
Millones de artículos se han escrito desde el anuncio de Apple del lanzamiento de su nuevo sistema operativo iOS14. En estos meses se ha ido construyendo una especie de bosque impenetrable, como si no hubiera alternativas que respeten ese binomio capital sobre el que se asienta la industria de la publicidad digital, de respeto a la privacidad de los usuarios, por un lado, y optimización de las campañas digitales a través de la personalización, por otro.
Al principio de todo este periplo, las voces agoreras se centraron en los problemas que el nuevo sistema operativo traería para la industria de la publicidad digital al posicionarse Apple como marca adalid de la privacidad y transparencia de los datos de los usuarios. En este sentido, por ejemplo, Facebook, antes del lanzamiento del iOS14 había previsto una caída del 50% de los ingresos que genera su Audience Network, ya que considera que una parte relevante de los usuarios de iPhone preferirán no ser rastreados. Lo que llevaría a un descenso en el uso de la data para motivos comerciales, con el consiguiente perjuicio para los anunciantes. Pero también para los propios consumidores, ya que sería más difícil que recibieran publicidad de productos o servicios que les interesaran.
La realidad es que con iOS14 Apple ha reforzado la función Limited Ad Tracking con la que se restringe la recopilación de datos, siguiendo así un eslogan que lanzó a principios de 2019, y que publicó con letras gigantes en un cartel publicitario en el que se decía: What happens on your iPhone, stays on your iPhone. La consecuencia es que ahora, de manera expresa, cada usuario tiene que aceptar que se le puede rastrear, valiéndose para ello de los identificadores de consumo en el entorno Apple, conocidos como IDFA y que se elaboran según la utilización de las apps y los gustos de los consumidores. Dicho consentimiento permite a las marcas recopilar datos y generar perfiles con los que segmentar mejor sus campañas.
Al mismo tiempo, hay un par de elementos más a tener en cuenta y de los que quizá se ha hablado menos. Me refiero, en primer lugar, a la nutritional label o etiquetado de cada app con la que Apple muestra al usuario el tipo y el volumen de datos que una aplicación determinada recoge de él. Así como si estos están vinculados a ellos o si se utilizan para el rastreo. Y junto a esto, al hecho de que los desarrolladores, para las actualizaciones de sus apps o la subida de nuevas en la App store, han de proporcionar información sobre las prácticas de privacidad que utiliza cada app, que han de ser absolutamente respetuosas con la normativa vigente.
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