¿Donde acaba el Marketing de clientes?

Somos conscientes de que nos enfrentamos a un consumidor que exige cada día más y sabemos que nuestra estrategia empresarial debe girar en torno al cliente y no en torno al producto pero aun así no estamos reorganizando nuestros procesos internos. Ya que las políticas de cliente nos asustan de tal modo que pensamos que no son rentables. Pero el futuro de la empresa debe tender a la calidad total de la misma en sus procesos y cuando hablamos de calidad y excelencia empresarial debemos hacerlo pensando en esos factores exógenos llamados clientes; que son los que perciben la calidad del producto y que son los orígenes de nuestros beneficios.La mala calidad de un producto, servicio o proceso sabemos que puede ocasionar costes, entre los cuales podría estar la mala imagen de la empresa. Y este coste es muy difícil suplirlo con un ingreso ya que la diferencia es desorbitada.Y como son ellos quienes perciben nuestra calidad debemos ante todo pensar en cuales son sus expectativas. Pues si conocemos que es lo que espera nuestro cliente de nosotros sabremos suplir sus necesidades y sabremos ajustarnos a su “nivel de calidad”.Pero nos enfrentamos a un nuevo problema. El cliente cambia, el cliente pide más y el cliente deja de pedir para empezar a exigir e irse con la competencia si no recibe feedback. Por tanto debemos anticiparnos a este proceso con una constante retroalimentación que hoy por hoy es posible gracias a la tecnología. Por tanto y haciendo una “regresión” para averiguar el valor futuro nos encontramos con un resultado que se traduce en la política de clientes más avanzada del mundo. La política de producto on demand que no es otra que adaptar los sistemas productivos al cliente en base a sus peticiones. Y esto por supuesto deriva en un aumento de los costes pero también en un aumento de los precios/unidad sin abaratar la cadena productiva en exceso. El único cambio sería que deberíamos adaptar el diseño del producto a la necesidad individual de cada cliente.De aquí a unos cuantos años, incluso no tanto; dispondremos de infinidad de empresas que funcionarán bajo las marcas: “PIDE LOS QUE QUIERAS”; “TE DAMOS LO QUE NECESITAS” y que no están sujetas a ningún producto si no que están únicamente enfocadas en el gran universo de cliente, desapareciendo de este modo la microsegmentación a la que están sometidos los consumidores.