Este fin de semana por fin he podido ver la película The Company Men y me ha gustado. Por si no la conoces, trata de un grupo de ejecutivos que debido a la crisis pierden sus empleos. Lo que me ha parecido más atractivo ha sido el enfoque que dan a la forma de plantear el desempleo y a una visión más pesimista de lo habitual de la forma de superar ese tipo de situaciones. Casi parecía una película europea.
Aunque no le faltan los elementos optimistas del cine norteamericano, creo que refleja muy bien la dureza de algunas situaciones. Los que, como yo, hemos pasado por algún despido (especialmente si es inesperado) entendemos perfectamente esa sensación angustiosa cuando piensas que tienes que comunicar la noticia a tu familia (y no sabes cuando ni como). Explica de un modo agridulce la inutilidad de las empresas de recolocación que no son más que un instrumento para que las empresas tengan la conciencia tranquila.
Pero sobre todo, y esto es lo que más me ha llamado la atención de la película, es la evidencia de que cada día es más probable que no llegue el séptimo de caballería a salvarnos.
Algunos de los protagonistas de la película se las prometían muy felices porque esperaban que esto de quedarse sin empleo sería cuestión de dias (o incluso de horas). Sin embargo, comprueban, igual que muchas personas que conocerás (o incluso tú mismo), que vivimos en un mundo real y muy duro. Que ya no somos niños y nadie va a venir a “darte una paga” para que no te quiten la casa.
Creo que muchos de los que hemos pasado por un periodo de desempleo pensamos que tenemos tiempo suficiente para que “ocurra algo”. Pero cuando te das cuenta ese algo no ha sucedido.
Hace algún tiempo leí una autobiografía de Michael Crichton titulada Viajes y Experiencias. En el libro contaba que una de las cosas que más le llamó la atención fue la sensación de que en algunos países vivimos en una burbuja. Abres un grifo y sale agua potable, necesitas un médico y te atienden de forma “gratuita”. Pero cuando pasas la frontera es muy probable que nada de eso suceda en otros sitios. Incluso es probable que tu vida no tenga ningún valor.
Creo que en esta crisis estamos empezando a darnos cuenta que no siempre va a haber una solución mágica. Que si un país puede quebrar, puedes dar por seguro que de tí no se va a ocupar nadie. Que los empleos han desaparecido. Que si no puedes pagar la hipoteca no va a venir un hada a concederte un deseo.
En la película vemos que tiene que pasar algun tiempo hasta que los protagonistas hacen algo. Supongo que tiene que ver con las Etapas del Duelo. Pero lo que está claro es que o te pones a hacer algo o cada día que pase va a ser peor.
Cuando hablo de Branding Personal siempre insisto en la importancia de actuar… y de hacerlo cuanto antes. Cualquier situación requiere un tiempo para cambiar. Un profesional que quiera desarrollar una Marca Personal debe empezar pronto a diseñar su estrategia porque el camino no es sencillo y es mejor equivocarse (y rectificar) lo antes posible.
Creo que estamos viviendo un momento en el que debemos “independizarnos” de las empresas y de los que nos gobiernan (o eso dicen que hacen). Prometieron que cuidarían de nosotros pero estamos viendo que es mentira. La ayuda no va a venir de arriba. Antes se reunía la gente a rezar para pedir que lloviese y ahora se reunen en la Puerta del Sol para pedir que los diosecillos les arreglen sus problemas. Pero la ayuda vendrá de otros como tú… y eso siendo optimistas.
Este verano leí una frase que me pareció la definición perfecta de lo que se denomina Pensamiento o Actitud Positiva:
Actitud Positiva es esperar lo mejor mientras te preparas para lo peor
Lo curioso es que esa frase no la decía un filósofo o un gurú del management sino un personaje de La Cúpula, una de las últimas novelas de Stephen King.
Creo que debemos empezar a acostumbrarnos a diseñar nuestra Estrategia Personal. Es otra forma de denominar a lo que siempre se ha llamado Proyecto de Vida. Porque cada día está más claro que no solo no va a llegar la caballería sino que además los víveres y la munición se agotan rapidamente.