Muchas veces se dice que el sistema en el que vivimos es Darwinista. Cuando preguntas a alguien a qué se refiere al decir eso, suele decir que sólo sobreviven los más fuertes. Y eso no es así. Lo que decía Darwin es que los que sobreviven son los que mejor se adaptan y no necesariamente los más poderosos. En ese sentido, estoy de acuerdo en que, en general, vivimos en un sistema darwinista y no me parece mal.
Hace unos días hablaba de Kodak y de sus tremendos problemas. Nadie puede decir que esta empresa no ha sido fuerte o importante. Sin embargo, le ha ocurrido como a muchas otras especies, su problema no ha sido la falta de fuerza o de tamaño sino la capacidad de adaptación.
Mientras tanto, muchas otras empresas o incluso individuos han sido capaces de adaptarse a las circunstancias y evolucionar. Creo que hay que fomentar la actitud positiva al cambio en lugar de enrocarse en una posición cómoda pero con fecha de caducidad.
Cuando hablo de Branding Personal siempre tengo en mente que no vivimos en un mundo inmutable, más bien todo lo contrario. Por eso es fundamental tener claro que lo que vale hoy, puede que mañana esté obsoleto. Por lo tanto, al diseñar la estrategia de Marca Personal, debemos tener en cuenta que hay variables (y nunca mejor dicho) que debemos estar ajustando constantemente.
Hasta hace poco, todo era mucho más sencillo para los profesionales. Uno estudiaba o aprendía un oficio, luego preparaba un Curriculum y lo enviaba a unas cuantas empresas y seguramente entraría a formar parte en una de ellas en la que se jubilaría. Todo era muy lineal, no había sorpresas.
Sin embargo, desde finales del siglo pasado, las cosas han cambiado radicalmente. El proceso tiene más elementos y es, como dicen ahora, mucho más sistémico. Todo lo que ocurre dentro y fuera del sistema afecta al propio sistema y deben hacerse ajustes constantemente. O dicho de un modo mucho más práctico, en este momento, un profesional se ve afectado por montones de variables e interacciones que le obligan a hacer cambios para no desviarse del “rumbo”.
En un post anterior, esbozaba un modelo muy simple de lo que yo considero que debe ser una Estrategia Personal. En él aparecen unos cuantos elementos que son independientes pero, al mismo tiempo, están relacionados. En el modelo aparecen cosas tan aparentemente inconexas como la visibilidad dospuntocero, los valores personales, la “oferta” profesional, los ”stakeholders” o las creencias más íntimas. Podría pensarse que es un totum revolutum pero no es así.
Por ejemplo, si una persona se ha quedado sin empleo, eso significa que se ha producido un cambio radical en su “mercado”. De pronto se ha quedado sin cliente (un contrato indefinido equivale a tener un único cliente) y por lo tanto sin ingresos. Así que deberá hacer algo para volver a estabilizar el sistema.
Con la mentalidad lineal, que sigue demasiado extendida, la acción inmediata sería enviar CVs a diestro y siniestro. Pero eso ya no funciona, entre otras cosas porque no hay empleo. Pero además puede ocurrir que su “oferta” haya quedado obsoleta o que los canales para darse a conocer (portales de empleo o CV en papel) sean inútiles.
Sin embargo, una Estrategia Personal debe tener en cuenta más elementos y entender las relaciones entre ellos. Quizás ese profesional se dé cuenta que lo que debe ajustar son sus conocimientos o quizás entienda que hay modos más eficaces de hacerse visible o puede que deba cambiar radicalmente sus creencias porque ya nada es como él/ella pensaba.
Sé que lo que voy a decir ahora puede sonar terriblemente mal pero lo diré de todos modos. En este momento se habla de la gran cantidad de jóvenes que están emigrando y se les considera como una mezcla de héroes y víctimas. Pues bien, creo que lo que están haciendo es seguir el pensamiento tradicional-lineal de búsqueda de empleo (aunque más lejos). Es cierto que hace falta mucho valor para emigrar, pero en mi opinión, los verdaderos héroes darwinianos son los que se quedan aquí y tratan de adaptarse o de modificar el entorno.
Lo voy a dejar aquí porque ya me estoy extendiendo mucho. Pero me gustaría que quedase claro que ha llegado la hora de entender que ya no hay un único camino, que la carrera profesional es una leyenda urbana y que nuestra obligación es explorar nuevas vías profesionales, eso sí, conociendo las variables que nos pueden afectar y adaptándonos al entorno en lugar de dejar que este nos aplaste. Eso es darwinismo y no depende del tamaño ni de la fuerza, sino de la flexibilidad.