Sobre el papel, nada es aparentemente más complejo que el construir una marca personal exitosa. Nuestras destrezas y competencias, la fuerza de nuestro compromiso y tenacidad, la estrategia seguida o incluso el estar en el lugar adecuado en el momento adecuado son todos ellos factores que nos parecen determinantes. Si nos centráramos únicamente en ellos, sin embargo, estaríamos cayendo en uno de los principales errores que cometen los menos despiertos: creer que nuestra marca gira en torno a nosotros cuando de hecho siempre gira en torno a los demás. Porque aún en el caso de los autónomos y/o emprendedores, siempre son los demás los que con su sello de aprobación catapultarán nuestra marca hacia el éxito comprando nuestro producto o servicio y/o compartiendo nuestros contenidos. Hasta que un número suficiente de personas no apueste por tu marca no surgirá la magia, independientemente de los factores mencionados.
Si esto ha sido siempre cierto, lo es mucho más ahora en nuestra era digital. Es sólo atrayendo a defensores y promotores de tu marca (lo que en inglés se conoce como brand advocates) que estén dispuestos a propagar y viralizar tus contenidos – sean éstos un CV, un post, un video, un tweet, etc. – y a ‘hacer ruido’ sobre tu marca que ésta dispondrá del impulso necesario para alcanzar la relevancia en tu área de especialidad. Esta es la razón por la cual – y siguiendo tácticas de inbound marketing o marketing de atracción – nuestros contenidos debieran ejercer una atracción magnética y estar estratégicamente dirigidos a un nicho específico de audiencia que nos pueda ayudar a conseguir nuestros objetivos (que habremos previamente determinado) por la vía rápida.
Llegados a este punto, es esencial que te familiarices con dos colectivos de cuyo éxito todos dependemos en el 2.0: los evangelistas y los influencers.
Los evangelistas son personas que se entusiasman con tu marca y todo lo relacionado con ella y se convierten en embajadores de la misma. Son por así decirlo tu primera línea de viralización que, al compartir tus contenidos en los social media, hacen que estos lleguen muy lejos. Constituyen uno de los elementos esenciales de tu estrategia y el maximizar las interacciones positivas con los mismos y asegurar que están felices es una de tus principales y constantes tareas si quieres que tu marca personal despegue.
Los influencers van aún un paso más allá de los evangelistas. Son personas con una buena reputación consideradas referentes en tus áreas de interés (todo campo tiene sus influencers o influyentes) y que se han ganado a pulso el respeto y hasta la admiración de la comunidad online. El tenerlos de tu parte es una de las mayores ventajas comparativas con las que puede contar toda estrategia de personal branding, ya que pueden otorgar a tu marca la credibilidad necesaria para alcanzar la aprobación y el visto bueno de muchos.
De la misma forma que Einstein fue capaz de capturar la compleja realidad de la nueva física con su famosa ecuación, propongo la siguiente fórmula aproximativa para cuantificar el éxito de una marca personal online:
Éxito en Personal Branding = nº de Promotores de tu Marca × su Nivel de Influencia
En esta ecuación establecemos una correlación directa entre el número de ‘brand advocates’ de los que dispongas (incluyendo lógicamente a evangelistas e incluso si tienes suerte influencers) multiplicado por su nivel de influencia.
Afortunadamente, los importantes pasos adelante de las novedosas y aún imperfectas métricas de la influencia online (con aplicaciones como Klout, Kred, Peer Index y ProSkore entre otras) van a conllevar que en breve podamos concretar la influencia online de toda persona con un aceptable grado de fiabilidad. Y las implicaciones prácticas para nuestra estrategia son diáfanas: nuestra identidad online debe estar diseñada para ser fundamentalmente atractiva y ‘gustada’ por segmentos estratégicos de los internautas y usuarios de redes sociales que pueden auparte al éxito. Tienes muchas más posibilidades de que esto ocurra si construyes una marca basada firmemente en la autenticidad, en los valores, en tu idiosincrasia y estilo, que responda a lo mejor de ti mismo/a y no tenga miedo de interactuar, escuchar y aprender.
Con excepción de aquellos que ya parten con ventaja al contar con una poderosa red de influencia offline, todos los éxitos de personal branding online que he conocido y en los que he trabajado han sido construidos elevando el cómputo resultante de la ecuación aquí descrita. Te animo por ello a incluirla como uno de los principios y métricas fundacionales en la construcción y gestión de tu marca personal. Te sorprenderás de los resultados.