Una de las cosas que suelo decir cuando me preguntan por el futuro del Branding Personal en nuestro país es que lo veo muy negro. Sé que no es el mejor modo de animar a la gente a diseñar su estrategia de Marca Personal pero una y otra vez me encuentro con el mismo panorama. Quienes me escuchan en una conferencia o en un curso o leen algo de lo que escribo puede que momentáneamente sientan la necesidad y encuentren razones para ponerse en marcha. Puede que entiendan que la situación requiere realizar acciones distintas a las tradicionales. Quizás se animen al ver que cualquiera tiene los medios y las herramientas para dar a conocer su trabajo. Incluso puede que comprendan que la inversión económica para convertirse en un profesional reconocido es mínima o casi nula. Por lo tanto podríamos decir que, además de que hay razones de sobra para diseñar un proyecto de Branding Personal, no hay impedimentos externos que lo dificulten o que lo conviertan en algo elitista o sólo para una minoría privilegiada y pudiente. Entonces, ¿Cuál es el problema? Pues la mayor dificultad para que alguien se convierta en un profesional reconocido, valorado, influyente y respetado es… uno mismo. Cuando hablo de Estrategia Personal, todo el mundo entiende que el proceso es sencillo. Cualquiera se da cuenta que para hacer un video y subirlo a Youtube sólo necesitas un movil o una webcam barata. Que para escribir un documento sobre tu especialidad sólo hace falta un trozo de papel y un lapiz. Que para hacer networking unicamente tienes que salir a la calle o levantar el teléfono. Que para aprender algo sobre un tema existen libros e información de sobra a nuestro alcance. Que para… En realidad, todo lo que se necesita es reflexión, tranquilidad, esfuerzo, trabajo, persistencia, valor, valores y valentía, confianza, autoestima y algunas otras cuestiones que tienen que ver con la propia persona. Y ahí está el problema. El origen de la dificultad para ponerse en marcha está en ese órgano gris que tenemos entre las orejas. Se puede culpar a las circunstancias, se pueden poner excusas técnicas, coyunturales o externas de todo tipo. Pero si no te mueves, el problema es unicamente tuyo. Algunas de las excusas más habituales que me encuentro son estas (seguro que te reconoces en alguna) pero hay muchas más, la capacidad de encontrar modos de no hacer nada es infinita:
Seguro que se te ocurren más excusas. Yo tampoco me libro, también encuentro formas de evitar enfrentarme a algunas situaciones. Pero siempre, siempre, el problema del Branding Personal no está en el primer elemento, el Branding, porque eso está muy clarito y definido. Lo que realmente te impide salir de tu bloqueo es la segunda parte de la ecuación, la Persona. Así que, coge un lapiz y un papel, busca un sitio y un momento tranquilo y empieza a poner orden en tu cabecita… o dificilmente podrás dejar huella en la de los demás