Todos tenemos un valor personal, cuantificable a través de nuestra influencia social, cargo empresarial, salario, seguidores... Si aún no sabes cómo dar a conocer tu valía dentro de tu sector, cómo sobresalir entre la masa social, grábate estas palabras clave: «Personal Branding», el arte de construir y potenciar tu propia marca personal, un fenómeno afín a la tradicional identidad corporativa pero humanizado. Esta semana os planteo algunas pautas sencillas para dar los primeros pasos en esta disciplina. ¿Quién no ha oído hablar de las listas de los personajes más influyentes? Las hay de todo tipo, zona geográfica o sector, y sus integrantes son personas que han logrado alcanzar una notoriedad superior a sus competidores por cualquier motivo. Es lo que, desde el punto de vista comercial, el publicista Risto Mejide definiría como convertirte en un «buen producto» para los demás. En este artículo no aspiramos a formar parte de estas listas (si alguno lo logra, ¡que avise!), aunque sí queremos apuntar algunas fórmulas para diferenciarnos de «la masa» y sobresalir creando, o potenciando, nuestra propia marca personal. Antes de iniciarnos en el Personal Branding debemos reflexionar sobre qué podemos aportar a los demás y cómo queremos que nos perciban nuestros futuros seguidores. Crear una marca personal, igual que si de una corporativa se tratase o incluso más, puede despertar amores y odios apasionados. Y este es uno de esos casos en que debemos huir de la expresión popular «que hablen de mí, aunque sea mal». Mejor que no hablen (de momento) porque la reputación online puede ser un gran aliado o un gran detractor del Branding Personal. Lo importante al acuñar nuestra marca personal es que esta sea positiva, ya que servirá de trampolín para lograr nuestros objetivos: obtener trabajo o clientes, mejorar nuestra posición laboral, ampliar las relaciones sociales, aumentar nuestra influencia... Fijarse un objetivo claro al construirla será la piedra angular; después vendrá el cómo, el dónde y el por qué de las acciones orientadas al Personal Branding. Desde Qweb.es os citamos siete puntos de los que podemos partir: Sé leal a tus principios y valórate: Toda marca personal ha de tener unos principios a partir de los cuales giran el resto de elementos, incluyendo productos, servicios, relaciones comerciales, networking, etc. Por ejemplo, un jugador de fútbol suele ostentar valores como la deportividad y el buen juego, al igual que la activista de una ONG defiende la solidaridad. Si cualquiera de estos dos entes violan esos principios, su credibilidad caerá en picado y, con ella, el valor de su marca personal. Por ello resulta recomendable ser leal a nuestros principios y que estos se infieran de nuestra presencia online para que, ante todo, nuestra imagen rezume autenticidad, honestidad y credibilidad forjando vínculos estables con nuestros seguidores y contactos (nadie sigue a un personaje de cartón-piedra durante mucho tiempo, solo hay que revisar a los personajes más influyentes de Twitter). Siempre desde el respecto a la divergencia, podemos mostrarnos tal y como somos y, si en algún momento nos equivocamos, tener la gallardía y la humildad de reconocerlo. La honestidad es clave para ser creíbles. Crea tu propia identidad: Este punto parece contradecir al anterior porque implica diseñarnos un personaje público «prefabricado», pero en realidad significa mostrar nuestra mejor cara en los medios digitales. Fijar el estilo y tono con el que nos identificaremos; elegir nuestra imagen (un avatar o foto creativa, elegante, impactante... con la que captemos de algún modo la atención) y qué aspectos de nuestra vida vamos a mostrar frente a un público que no nos conoce (imágenes y comentarios relacionados en eventos sociales, personales o profesionales, por ejemplo) serán aspectos esenciales de nuestra estrategia. Otros elementos que debemos meditar antes de lanzarnos a la piscina son los fondos que utilizaremos en nuestros perfiles, los lemas, e incluso diseñar un logotipo y los colores corporativos es parte del sustrato del Personal Branding. Ser auténtico no significa que no estudiemos cada uno de nuestros pasos por la red, porque pretendemos «dejar huella», como diría Andrés Pérez Ortega, autor del libro Marca Personal. Participa en Redes Sociales: Una de las vías a través de las que se practica hoy más Personal Branding son las redes y medios sociales. Antes de lanzarnos de cabeza a la aventura (o aventurarnos a abrirnos el cráneo...) es importante decidir dónde y cómo queremos estar, porque aparecer de forma inactiva y desactualizada en una red social no solo no contribuye a nuestro Branding Personal, sino que puede perjudicar nuestra imagen pública. Por otra parte, intentaremos personalizar al máximo cada perfil, «customizarlo» de forma creativa con nuestra identidad corporativa, y elegir cuidadosamente los grupos de los que formaremos parte activa. Asimismo, evitaremos salidas de tono e incorrecciones que puedan perjudicar nuestra reputación online, punto que trataremos más adelante. Entre las redes sociales más atractivas para construir nuestra marca personal destacarían Twitter, Google + y LinkedIN, siendo esta última la que está más orientada al Networking.
Crea un blog personal: Diseña un blog a tu imagen y semejanza desde el que puedas darte a conocer. ¡Promociónate! Imprímele altas dosis de marketing online/offline para reflejar en él tu marca personal; actualízalo con frecuencia y enlázalo «a» y «desde» todos tus perfiles. Para alcanzar mayor notoriedad, incorpora contenidos propios y elaborados, lo que no excluye que referencies otros ajenos, citando fuentes. A tu público objetivo le gustará saber que permaneces informado e incluso que respetas a tu competencia. Apuesta por el Marketing de Atracción: Esta rama del marketing, también conocida como Inbound Marketing y cuyo principal embajador en nuestro país es el experto Óscar del Santo, implica la generación de contenidos interesantes que generen emociones y «atraigan» hacia nosotros a los demás. De esta forma no irrumpimos con molestos mensajes publicitarios en sus rutinas, sino que serán ellos mismos los que acudan a nosotros en busca de nuestro legado. Para mejorar nuestro branding personal tenemos que «ganarnos a la audiencia» con contenidos interesantes que formen parte de la espina dorsal de nuestra estrategia. En este sentido, te recomiendo estudiar la «línea editorial» que mantendrás y ser fiel a ella, porque será parte de tu marca personal, elegir los temas, las keywords y «optimizar» tus contenidos para diferentes plataformas, divulgándolos en el mayor número posible, sobre todo en las relacionadas con tu sector de influencia. El objetivo es darle la máxima visibilidad porque, si nunca llegan a conocerte, ¿cómo van a quererte? Reputación Online: Esta parte no depende al 100% de ti, pero tú eres un ingrediente imprescindible para su éxito. Este punto está muy relacionado con el Marketing de Atracción porque, además de realizar un seguimiento y análisis de nuestra presencia digital, debemos generar contenidos de interés relacionados con la estrategia de Personal Branding. De hecho, en paralelo a la creación y evolución de nuestra marca personal, y de nuestras menciones por otros profesionales, obtendremos mayor o menor (y mejor o peor) reputación online. Cuantifica tus resultados: Un secreto a voces que debemos aplicar en cada acción online reside en su seguimiento. Existen muchísimas herramientas, gratuitas y de pago, que recopilan nuestras menciones o cuantifican nuestra influencia. Entre otras podemos citar Google Alerts, Socialmention, ReviewPro, Totsy, Tittscop, Twittbeep, Twazzup, RX, Simple Measured, RowFeeder, Reputación XL, Howsociable, TweetReach, TweetLevel, BlogLevel, Swotti, Whostalkin... Muchas de ellas no están todo lo depuradas que sería deseable para el Branding Personal, pero pueden ser un punto de partida para probar y contrastar informaciones. Igualmente es interesante visitar Me on the Web, una herramienta de Google básica y sencilla para conocer nuestra presencia en Google e incluso solicitar que se supriman determinadas informaciones.