Hay una regla que suelo seguir y me va bastante bien que consiste en descartar todas aquellas ofertas que prometen que conseguirás algo que, en realidad, sólo depende de tí y de las circunstancias. Me refiero a aquellas que dicen que si contratas su producto o servicio lograrás algo con toda seguridad (un empleo, adelgazar, ligar o tener miles de seguidores en Twitter).
Supongo que la clave está en la parte que no dicen, me refiero a que siempre pueden argumentar que si no has logrado lo que te prometían es que no has hecho, no has creido o no te has esforzado lo suficiente. Eso se aplica a muchos campos, desde la consultoría a las ¿ciencias? para-anormales pasando por la autoayuda o los gimnasios.
Desgraciadamente, el concepto de Marca Personal (y otros cuantos) está empezando a ser invadido por anuncios, especialmente del mundillo de esa plaga del multinivel, que te prometen que conseguirás poco menos que la fama mundial y las riquezas de Amancio Ortega en pocas semanas. Cuanto más grandes y coloridos son esos sitios más repelús me dan.
Una de las cosas que me quedó bien clara cuando estudiaba ciencias es que en este mundo (casi) nada es seguro y mucho menos, predecible. Si ya era complicado entender un sistema de tres o cuatro partículas, entonces, tratar de predecir lo que puede hacer una o varias personas es simplemente imposible. Por eso se habla mucho más de posibilidades, probabilidades y opciones.
El propósito de una estrategia de Branding Personal es acercarte a tu objetivo, aumentar las posibilidades de que suceda lo que deseas. Pero las personas somos volubles y cambiantes y nuestra vida transcurre en entornos que se modifican cada segundo. Lo que hoy es válido, mañana no. Las personas que nos apoyan o nos rechazan mañana pueden haberse intercambiado. Por lo tanto es absurdo tratar de pensar que podemos conseguir algo siguiendo una linea recta y sin sobresaltos.
Al diseñar una estrategia de posicionamiento vas a establecer el rumbo, los recursos que necesitas y los límites entre los que estás dispuesto a moverte. Y todo eso va a facilitarte las decisiones y te va a hacer más fácil el viaje. En consecuencia, cuando alguien vea como te comportas podrá deducir que sabes hacia donde vas y acabarás generando confianza en tu entorno.
¿Significa eso que conseguirás lo que deseas? De ningún modo. Quizás no consigas nunca tu objetivo “gordo”, pero si actúas de forma coherente obtendrás metas parciales y aumentarás las posibilidades de ser tenido en cuenta y finalmente elegido (para un empleo, un proyecto, un ascenso o una relación sentimental).
Una estrategia de Branding Personal pretende manejar de la mejor forma posible las variables que tenemos a nuestra disposición para aumentar las posibilidades de que te escojan. Al final puede ocurrir o no, pero lo que está claro es que tus opciones serán mayores que las de quienes lo dejan todo en manos del azar.
En realidad, lo que te estoy diciendo es que eches una mano a la suerte. Es posible que no ganes nunca en las carreras de caballos, pero si juegas lo suficiente y analizas algunas variables es más probable que un día tengas éxito.
A partir de ahora, cuando definas un objetivo profesional o personal, pregúntate, ¿Qué puedo hacer, en qué variables puedo influir para aumentar las opciones de conseguirlo?
Lo que te aseguro es que quejarte, llorar por lo injusto que es el mundo o justificarte diciendo que ya cambiarán las cosas sólo demuestra que te comportas como espectador. Pero si quieres dejar una huella, una Marca Personal, debes subir al escenario y cambiar la obra… aunque sea un poquito.
Un pequeño cambio de rumbo ahora, puede llevarte a un sitio muy distinto después.