Ha buscado un príncipe para Corina, ha ayudado a granjeros a encontrar esposa y a madres que buscan casar a sus hijos. Y mientras buscaba todo eso, ha encontrado ser icono de cómo construir el Personal Branding.
Mucho se habla de Personal Branding, de Marca Personal, y no se si tiene que ver con la personalidad o con la persona, con el estilo o con el estilismo. Nada tiene que ver, o tal vez sea que todo eso forma parte de una marca, de cualquier marca, también de la Marca Personal. Un sello de identidad al que todos aspiran y muy pocos consiguen: el perfecto personal branding. Llámalo Marca Personal o llámalo Personal Branding, pero cuando toma nombre de mujer se llama Luján Argüelles.
El Personal Branding, es un concepto muy antiguo con un nombre muy novedoso. Debe ser que los profesionales del marketing estamos empeñados en vender (y de esta forma vendernos nosotros mismos), así que cada cierto tiempo nos da por un concepto "nuevo" y empezamos a machacar una y otra vez: cuestión de modas, cuestión de marketing...
Este es el caso del personal branding. En realidad el personal branding como concepto "nuevo", surgió en USA como una técnica de búsqueda de empleo a finales de la década de los 90, y consiste en considerar a cada persona como una marca comercial, como si de cualquier otro producto se tratase: una marca con sus atributos y con la necesidad de ser gestionada para alcanzar los objetivos que se le asigne, pero esa marca tiene nombre y apellidos.
Pues el personal branding es eso, ni más ni menos. Se trata de considerar que la persona tiene que tener una notoriedad, una determinada historia, un posicionamiento, contar con unos medios,... y por supuesto un público objetivo al que dirigirse: su target. De esta forma podrá alcanzar sus objetivos. Orquestando todo esto tendrás tu propio sello de identidad, serás reconocible y diferenciado.
Y desde un punto de vista del marketing, todos estos elementos y acciones no solemos tener problema en identificarlos en la marca de un producto o de una empresa, pero nos cuesta más trabajo identificarlo en una persona. Nos cuesta más trabajo hasta que reparamos en esta presentadora asturiana que igual se empeña en buscar esposa a un granjero, un príncipe para Corina o una novia al hijo de una madre (o un novio a la madre de un hijo). Sí, Luján Argüelles, reina del trospidismo, un "must have" en las oraciones de cualquier estilista, y un referente en Personal Branding televisivo.
Esta presentadora (a estas alturas no negaré que soy fan incondicional), ha ido desarrollando un estilo propio, particular, muy identificable. Atrás quedó su imagen de locutora de radio cuando comenzó a ir perfilando su estrategia y su estilo gracias al programa de Cuatro Password. Ahora gracias a su forma de expresarse y de comunicar ha conseguido posicionarse (sí, como puede posicionarse una marca) en esa especie de olimpo de las 365 líneas a los que muy pocos pueden acceder. Ironía, indolencia y mordacidad a partes iguales, bañadas en unos expresivos ojos azules y cubiertas por el innegable atractivo del cuidado y estudiado peinado de su melena rubia. Y todo esto con un estilo y estilismo a medio camino entre bruja de cuento de hadas, y hada de cuento de princesas. A medio camino entre princesa y dominatrix patria. En definitiva una imagen absolutamente identificable y diferenciada.
Pero todo posicionamiento no es nada si no se tiene la notoriedad adecuada. Y para eso el personal branding se vale de los medios. En este caso la musa tróspida se vale de Cuatro. No de cuatro medios, sino del canal Cuatro.
Una inteligente elección de programas (algunos lo llamarán encasillamiento) que hace que tenga la repercusión adecuada, dirigido a un target muy concreto, que además es el que más utiliza las redes sociales, lo que hace que posicionamiento, target y notoriedad se retroalimenten y cada uno de ellos hace crecer exponencialmente a los otros. Genial combinación por la que cualquier marca vendería su alma al diablo si fuese necesario.
Así que ahí está, Luján Argüelles como el personal branding en pura esencia. Notoriedad, posicionamiento, atributos identificables y objetivos cumplidos. Sea como sea, y a diferencia de otras estrellas televisivas que son flor de un día, el resultado es fruto de un trabajo constante y perfectamente planificado y llevado a cabo. Excelente Luján, tróspidamente excelente.