
Utilizar las emociones para conseguir el trato de favor de los clientes no es nada nuevo. La mayoría de las decisiones de compra se toman de forma irracional; aunque busquemos argumentos racionales para justificarlas.
Lo que realmente vende es la emoción del producto, son las sensaciones que genera su solo nombre o imagen de marca. Por esta razón, para poder diferenciar nuestro mensaje, destacar de entre la competencia y, lo más importante, calar en el corazón de nuestro público objetivo, necesitamos dotar a nuestra estrategia de un componente emocional.
El artículo de MarketingProfs nos muestra 5 claves para desarrollar nuestro Branding emocional, apelando a la parte más irracional de nuestro público objetivo, y despertando en él esas emociones estratégicamente seleccionadas, que vinculará a la marca:
Cambiar el enfoque. Se trata de dejar de pensar en el público objetivo como meros consumidores, para pasar a valorar su dimensión como personas. Como tal, tienen anhelos, intereses, gustos e ideas, que podemos utilizar a la hora de concebir un mensaje. Una vez conozcamos a nuestro destinatario, será más sencillo dirigirnos a ellos, atendiendo a sus preferencias, y forma de ser.
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