Estoy cansada de tener que explicar a la gente que tener una imagen personal arrolladora no tiene nada que ver con ser guapos, altos, delgados...
La belleza exterior no es más que una cualidad externa, un regalo con el que la madre naturaleza ha querido bendecir o maldecir a los que la poseen.
Y digo maldecir porque no son pocos las personas que se han visto prisioneras de un cuerpo o de un rostro extraordinario y que precisamente eso les ha convertido en víctimas de la superficialidad, de la esclavitud de tener que mantener ese DON por encima de muchas otras cosas.
¿Cuántas personas agraciadas físicamente han terminado creyendo que el único valor que tienen y por lo único que son capaces de recibir afecto es por su apariencia física?
La belleza es subjetiva y efímera. Pero hoy en día la sociedad occidental (Y cada vez más la oriental) junto a los medios de comunicación, se han encargado de darle a la belleza y a las formas corporales una valoración desmesurada.
Decía Judi James, reconocida gurú a nivel internacional del lenguaje corporal que "vivimos en una sociedad muy consciente de la imagen y que sigue los dictados de la misma, una sociedad en la que tener la mejor imagen gana por goleada a tener las mejores habilidades".
Me sorprende ver como muchas personas admiran hasta poner en el lugar de los dioses a personas agraciadas físicamente. Como si los poseedores de esa belleza hubiesen tenido que estudiar tres carreras para alcanzar tan preciado bien.
Me complace ver como personas con una apariencia física estándar o incluso llenas de defectos físicos, logran el éxito y la admiración de otros muchos. Tenemos cientos de casos que destacar, pero me centraré en el análisis de un par de rostros famosos que no son precisamente "bellos":
El Gran Wyoming
De su rostro se han llegado a publicar en Internet hasta análisis morfopsicológicos. El Gran Wyoming puede resultar más o menos simpático, pero lo que no queda a juicio de nadie es que tiene una mente privilegiada para mantener la atención de los millones de televidentes que a diario le siguen en la pequeña pantalla. Su extraño rostro le hace resultar "diferente" y forma parte de una Marca Personal, cuanto menos, peculiar.
Lizzie Velasquez
Esta extraordinaria mujer protagonizó uno de los TED,s más emotivos que nunca he visto. Calificada por muchos en Youtube como la mujer más fea del mundo, es portadora de una extraña enfermedad que le hace no poder coger peso y tener un aspecto que muchos califican de "desagradable". Lizzie ha sido capaz de superar los crueles comentarios que han sido vertidos sobre ella y después de graduarse en el área de la Comunicación, se ha convertido en una escritora y oradora motivacional. Un caso de éxito y de Marca Personal protagonizado por una mujer que carece de belleza.
Como conclusión a este artículo voy a ser muy clara: ser feo o ser fea es algo igual de subjetivo que ser guapo o ser guapa. Por lo tanto dejémonos de trabajarnos tanto por fuera y centrémonos más en las cosas de dentro. Estas sí que marcan la diferencia entre una Marca Personal arrolladora y una Marca Personal mediocre