Por Redacción - 27 Enero 2015
Nos encontramos en un mundo global y cambiante, en el que las relaciones son un componente determinante para alcanzar nuestros objetivos. Es por ello que la marca personal se constituye como un factor importante a la hora de trazar propósitos y convertirse en un activo valioso para las empresas, independientemente de lo que se busque sea conseguir un nuevo cliente, mejorar los resultados de la organización o abrir un nuevo mercado.
Pero, ¿qué factores hay que tener en cuenta a la hora de construir una adecuada marca personal? Estamos de acuerdo en que la creación de una marca personal exitosa necesita de voluntad para crear, compartir y llamar la atención sobre las aptitudes que tiene una persona determinada. Pero para recorrer ese camino hacen falta una serie de requisitos.
Hay quien opta por la visibilidad como el principal factor para potenciar su marca personal sin ofrecer nada más a cambio a los receptores. Esta opción se convierte en una decisión errónea en el corto plazo, sobre todo si de lo que se trata es de mejorar los resultados de una empresa. Por eso, es vital tener en cuenta otros aspectos relevantes relacionados con la construcción de la marca personal, que abarcan desde la necesidad de informar, educar e inspirar al otro, pero sobre todo, el cruce y la yuxtaposición de estos a través de la generación de valor.
Porque de nada sirve el uso de las redes sociales, la búsqueda de empatía con el otro a través de estos entornos si en el proceso comunicativo el receptor no intuye que se le está aportando valor añadido, agregado, a su relación con él.
Trabajo, constancia y regularidad como ejes claves
Por eso, la creación de una marca personal pasa por la transmisión de una buena historia. Una historia de la marca que resuena en la audiencia, cuando los mensajes que se propagan crean impacto y la audiencia toma nota de aquello que se le está revelando. Es por ello que si uno logra compartir los pensamientos e ideas de su marca personal o empresa a la que representa y prolifera con ello su promoción, la difusión de la historia se hará sola y los receptores serán los primeros en compartir su punto de vista.
Así, la humildad cotiza en alza en este recorrido, donde de lo que se trata es de mostrar la capacidad de impactar a otros mediante el trabajo y las ideas propias de uno. En esta línea, nada más claro que tener presente que una marca personal se genera día a día, por lo que de la misma manera que sale hacia adelante, si no se cuida puede verse menguada significativamente.
Por eso, aunque a priori se pueda pensar que la marca personal es efímera o que se construye en un solo día, basta con analizar el trabajo de los grandes líderes y ejemplos de buenas marcas personales para constar que en ellas hay trabajo, esfuerzo, constancia y voluntad para seguir transmitiendo ideas a los demás.
Por eso, la construcción de una marca persona debe pasar por la transmisión de los valores de cada uno, ser consciente de sus aptitudes más relevantes y saber comunicarlas con eficacia. Los soportes utilizados para ello son secundarios.