Opinión Personal Branding

Marca personal: dime cómo escribes y te diré quién eres

Ni tenemos tiempo de leer, ni tenemos tiempo de escribir correctamente. Si lo primero ya es grave, lo segundo es casi imperdonable.

Todos los profesionales, sin excepción, tenemos que usar la escritura para comunicarnos con nuestros diferentes públicos y, sin duda, nuestra forma de escribir, forma parte de nuestra imagen personal y profesional.

Nuestra forma de escribir denota muchas características sobre nuestra Identidad; y todos, sin excepción, atribuimos una serie de características a las personas, en función de cómo se expresan a través de su escritura.

El correcto uso de las normas ortográficas y gramaticales está al alcance de cualquiera. Existen miles de recursos en Internet que nos permiten acceder a las normas básicas a la hora de escribir. Sin ir más lejos, recomiendo las consultas a la web de la Real Academia de la Lengua https://www.rae.es/. En esta página cualquier persona podrá resolver las dudas que le surjan al escribir una determinada palabra. Además, dispone de un servicio de consultas on-line al que se puede acceder para preguntar, por ejemplo, si es obligatoria escribir con letra minúscula la primera letra de una palabra que irá después de los "dos puntos".

¿Cuáles son los principales errores que cometemos a la hora de escribir?

Por un lado están los errores ortográficos y gramaticales. Cuando incurrimos en estos errores estamos transmitiendo, o bien una falta de formación básica, o bien una falta de respeto hacia nuestros lectores al no haber dedicado el tiempo que se merecen para ofrecerles un texto escrito correctamente. Cometer errores ortográficos puede transmitir la imagen de falta de pulcritud y dejadez en nuestro trabajo.

Por otro lado, están los errores semánticos; aquellos que cometemos cuando no usamos las palabras de acuerdo al significado real de las mismas. Cuando cometemos este tipo de errores estamos impregnando nuestros escritos de imprecisión y de ambigüedad. Factores ambos que desvirtúan la comprensión de nuestro mensaje y reflejan escasa claridad expositiva por nuestra parte.

Por último, a la hora de escribir, tan importante como los aspectos ortográficos y gramaticales, son los aspectos relacionados con la correcta estructura de nuestros argumentos . Para ello debemos de prestar especial atención a la forma en cómo organizamos la información que aportamos en nuestro escrito.

Lo ideal, para ofrecer una correcta estructura del texto, es siempre preguntarse por la finalidad que perseguimos con nuestro escrito. Sin haber hecho antes este ejercicio, es difícil que logremos escribir algo coherente que cumpla con los objetivos que queremos alcanzar.

Para solventar los posibles problemas de falta de estructura que podamos encontrarnos a la hora de escribir, lo más sencillo es aplicar la eterna fórmula de nuestros clásicos; Introducción, Desarrollo y Conclusión.

La Introducción debe "enganchar" al lector. Una Introducción debe tener fuerza y hacer que el lector quiera seguir leyendo. Es importante decir que en esta Introducción no ofreceremos falsas promesas que luego no vayamos a cumplir con el resto de nuestro escrito.

Pasaríamos después a la parte del Desarrollo; aquí es donde tendremos que exponer las ideas principales que queremos transmitir. La correcta argumentación de dichas ideas será fundamental para seguir ofreciendo a nuestros lectores coherencia y seriedad.

Por último nos quedaría escribir nuestra Conclusión; es en este momento en el que debemos hacer un ejercicio de síntesis y resumir lo expuesto en la Introducción y en el Desarrollo de nuestro escrito. Además, la Conclusión deberá ofrecer al lector contenido para que reflexione sobre el tema tratado y le invite a sacar sus propias conclusiones.

En definitiva, intentar solventar todos estos errores a la hora de escribir es importante para que podamos ofrecer claridad a través de nuestras ideas. Merece la pena dedicar un tiempo a formarnos en esta materia para poder transmitir confianza y credibilidad a nuestros lectores, potenciales clientes y clientes actuales.

¿Contrataría usted a alguien que le manda una publicidad, un email o una entrada de su blog que no es capaz de entender, que contiene faltas de ortografía y que no le ofrece solución a ninguno de sus problemas?

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