
La marca personal sigue dando de qué hablar, con mucha razón (y por muchas y muy buenas razones). Cada día aumenta el peso específico del concepto y crece su significado asociado al desarrollo personal y de carrera, y a la gestión del mismo por parte de cada vez más personas en el mundo, provenientes de prácticamente todos los ámbitos geográficos y estratos sociales, económicos y políticos.
Quienes trabajamos profesionalmente el tema desde cualquier posición o perspectiva (coaches, consultores, formadores, estrategas, etc.), tropezamos y atendemos a diario múltiples casos enriquecedores de nuestra praxis; casos cuyas esencias y características nutren el bagaje conceptual tanto como el arsenal instrumental y metodológico de este ejercicio. Y siendo así, va resultando necesario sistematizarlos y compartirlos como lo están haciendo muchos de los practicantes (siempre bajo los principios de la más estricta ética profesional), porque ese es uno de los caminos más adecuados para la identificación de tendencias, la formulación de regularidades y generalizaciones, y desde todo ello, propiciar la construcción de teorías y metodologías de pertinencia y aplicabilidad universal dentro de lo diverso, tanto para la asesoría como para la formación, y su simultánea o posterior aplicación con las debidas adecuaciones contextuales. Ambas (teorías y metodologías), constituyen necesidades (ya casi urgencias) de una (también casi) profesión, de muy reciente data y en pleno desarrollo como lo es el personal branding.
En los últimos tiempos, he atendido y dado seguimiento de largo plazo a varios casos interesantes dentro del tema en el contexto latinoamericano, y otros muchos de corto plazo (también he observado, analizado y aprendido de la interesantísima y muy didáctica praxis española, sobre todo como lector, como espectador desde este lado del mar, y mediante algunas interacciones con especialistas). Por otra parte, he captado mucha información pertinente al tema en los diferentes medios de comunicación, y en el extenso anecdotario que en ellos se difunde. Y entre práctica, estudio y lectura, me han resultado muy llamativas algunas tendencias más o menos comunes, que quiero compartir a efectos de difusión y posible debate, sin orden de prioridad asociado a frecuencia ni otro factor. Simplemente, aquí van.
En primer lugar, observo una tendencia a homologar la marca personal a la visibilidad en línea, tema que he tratado en otros trabajos. Sucede (a mi juicio por el enorme alcance y potencial de impacto que proporciona el internet a costos ínfimos o nulos, entre otras ventajas) que muchos interesados en el tema de la marca personal se abocan a "crearla y cultivarla" en línea, sin prestar la debida y priorizada atención a lo más importante: quiénes y qué son ellos mismos, qué hacen y cómo lo hacen, cuáles son sus resultados, y cómo son vistos por su entorno a partir de todo ello; para desde esa base identificar y delinear, de forma tan precisa como sea posible, su marca personal actual, y gestionarla adecuadamente para lograr la deseada (utilizando, entre otros diversos medios y recursos, el Internet).
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