
Que te vengan a visitar más de mil millones de veces para oírte cantar una canción no es algo al alcance de muchos. De hecho, hasta ahora, solo lo ha logrado una mujer de 27 años, inglesa, llamada Laurie Blue Adkins, y que, ante fans y admiradores, atiende más por su primer nombre, Adele. Semejante cantidad de visitantes ha merecido su último éxito "Hello".
En estos tiempos que se caracterizan por la abundancia y la fácil accesibilidad a la información, la creación, la vida y opiniones de las personas?, en los que la sociedad digitalizada es más que nunca un patio de vecinos al que todos nos asomamos en busca del dato, el chisme, el conocimiento, el consuelo o la opinión, eso que se ha dado en llamar "visibilidad" se ha convertido en una especie de mantra del que a veces no sabemos y otras no podemos sustraernos. Por eso, como Adele en su canción, la constante en nuestra vida parece ser un "hola, soy yo..." multiplicado casi hasta el infinito, eso sí, en lenguaje binario.
La sobreexposición a la que estamos sometidos acrecienta la necesidad de lograr la aceptación de los demás. Y lo diré sin ambages: eso nos convierte en algo muy parecido a un "producto" que ha de buscar su sitio en el mercado para lograr que alguien nos "compre" pagando nuestro "precio" en forma de afecto, de reconocimiento, de puesto de trabajo, de hipoteca o de respeto. En esa misma medida, aplicar las técnicas de marketing a determinados ámbitos de nuestra vida, lejos de parecer descabellado, es ya una cuestión al menos de conveniencia. El concepto de "marca personal" se desarrolla, sin ir más lejos, a partir de dicha evidencia.
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