Por Redacción - 8 Noviembre 2016
Contar con una poderosa marca personal se ha convertido en una suerte de necesidad a la que tienen que enfrentarse los profesionales en los tiempos de las redes sociales y del mundo conectado. Ya no vale con tener un buen currículo, una buena trayectoria y saber lo que hay que hacer, sino que además ahora es necesario saber venderse, tener una imagen de marca sólida. Todo ello ha creado una nueva área de preocupación y trabajo para los profesionales, que tienen que estar posicionándose todo el tiempo en la red y defendiendo todo el tiempo su valía.
Pero construir una buena marca personal no es solo importante, también es arriesgado. Como ocurre con todas las construcciones de imágenes de marca, no todo es Jauja en el proceso y es más que probable que los profesionales tengan que enfrentarse a ciertos riesgos y a ciertos problemas durante el mismo. La marca personal puede crear tensión, estrés y problemas que el profesional tendrá que solucionar y puede incluso, a la larga, crear ciertos problemas que funcionarán como un lastre en la vida profesional del trabajador.
¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan los profesionales en la construcción de su marca personal? Un análisis en FastCompany permite identificar los seis principales riesgos a los que los profesionales deben enfrentarse durante el proceso.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los actores de Hollywood, uno de esos que suelen mencionarse siempre en las entrevistas y que suelen funcionar como uno de los grandes temores que tienen los actores. Lo cierto es que no es solo un problema para ellos y no debería ser una preocupación solo para ellos. El encasillamiento es un lastre para cualquier profesional en los tiempos que corren, ahora que las marcas buscan cada vez a profesionales más multitarea y con talentos más interdisciplinares.
Y el encasillamiento es algo que se puede hacer sin querer cuando se crea una marca personal, como recuerdan en el análisis, ya que cuando se empieza a construir una marca se suele apostar por un nicho concreto, que es el que funciona como llave introductoria al mercado, lo que hace que destaquemos sobre los demás. Pero, tras un tiempo, se corre el riesgo de verse limitado a simplemente eso y de ser visto como únicamente eso. Por ello, para que la marca personal funcione y para que no lastre a uno en ciertas ocasiones hay que ser capaz de demostrar que se es versátil.
No preocuparse bien por el ROI de lo que se está haciendo
Construir una marca personal cuesta. Es un trabajo similar al de construir una marca y el de establecer sus características y su potencial. Para levantar la marca y para asentar sus características se necesitan horas y horas de trabajo, ya sea produciendo contenidos, gestionando redes sociales o asistiendo a eventos y haciendo networking. Crear una marca personal no es algo que se pueda hacer en cinco minutos. Pero esta inversión de tiempo y esfuerzo no es lo único importante a tener en cuenta: también hay que analizar a dónde está llevando. Es decir, ¿está siendo realmente rentable todo ese trabajo? ¿Está realmente cundiendo todo el esfuerzo que estamos haciendo? Puede parecer un tanto deprimente, pero es necesario hacerlo. Hay que mirar qué resultados está ofreciendo lo que se está haciendo y establecer si realmente merece la pena. Quizás haya que cambiar de estrategia.
Cuando se habla de marca personal no se está hablando ni de una marca, ni de un producto. Se está hablando de un profesional, de una persona. Y de las personas se espera que sean de verdad, que sean auténticas. Como recuerdan en el análisis, uno tiene que ser uno mismo y tiene que, sin embargo, proyectar aquellas cosas más positivas de uno mismo. Esa es la clave. Hay que encontrar cuáles son nuestros puntos fuertes y defenderlos y ponerlos más en el escaparate. Sin embargo, ese proceso tiene un riesgo. Puede que mientras estemos destacando todos esos puntos fuertes estemos lastrando nuestra marca personal de un modo bastante sorprendente. Puede que estemos simplemente centrándonos tanto en esas fortalezas que estemos eclipsando quienes somos en realidad y haciendo que nuestra marca personal sea cada vez menos auténtica.
Cuando se habla de marca personal se usan dos palabras y las dos son igualmente importantes. Tan importante es cuidar la marca, como recordar que uno sigue siendo una persona. O, como apunta el experto, para un periodista está genial comentar con uno de sus lectores sus artículos en redes sociales, pero eso no debe sustituir nunca a las interacciones en persona, a la charla con el café.
Y, en medio de toda esta construcción de la marca personal, de intentar destacar en el mercado, pero sin ser por tanto demasiado limitado a un terreno o escenario, el profesional se puede enfrentar a otro problema más. Quizás en ese intento por llegar a más potenciales audiencias y en ese intento por mostrarse como un profesional con muchas facetas esté cruzando ciertas líneas que no debería cruzar.
Mostrar que se es un profesional versátil está bien, pero mostrar que se pueden hacer cosas que realmente no se saben o deben hacer no lo está. Uno de los riesgos de los profesionales a la hora de vender su marca personal es intentar posicionarse en terrenos en los que no es realmente un experto y no debería ser por tanto relevante. En resumen, uno no debe venderse para aquello que no sabe o no puede hacer.
Bien lo saben las marcas: uno de sus principales quebraderos de cabeza y una de las cosas que les quitan el sueño es verse arrastradas a una debacle de publicidad negativa. Lo mismo ocurre con las marcas personales. Lo peor que le puede pasar a un profesional es convertirse en el epicentro de una polémica y de una avalancha de comentarios negativos, lo que además se convertirá en algo mucho más peligroso, ya que resulta muy difícil escapar a ello. Estará en internet para siempre, como apuntan en el análisis.