Por Redacción - 7 Marzo 2017
Uno de los activos más poderosos que tienen los profesionales en estos tiempos es su marca personal. La marca personal se ha convertido en una suerte de carta de presentación, en una especie de elemento que hace que otros profesionales y las empresas conozcan, descubran y valoren a sus "dueños".
No es que la marca personal sea algo nuevo, ciertamente. Los reyes y nobles medievales que se llevaban a sus cronistas para que escribiesen libros sobre sus hazañas militares no estaban más que, al final, asegurando que su marca personal fuese la que ellos querían que fuera. Sin embargo, ahora, es mucho más fácil crear una marca personal (las herramientas de comunicación son muchas y de fácil acceso) y también es mucho más fácil que nunca enfrentarse a problemas y lastrarla para siempre (el otro efecto de esas herramientas de comunicación de fácil y simple acceso).
¿Cuáles deben ser los elementos que no se deben perder de vista a la hora de construir la marca personal? En un análisis en Entrepreneur dan 6 elementos básicos, 6 reglas generales que no se deben perder de vista a la hora de crear y mantener una marca personal. Hemos seguido sus conclusiones para establecer qué es lo que se debe hacer y lo que no a la hora de blindar la imagen pública.
Una de las mejores maneras de crear marca personal como experto esté en compartir aquellos conocimientos que se poseen. Aquellos que han logrado posicionarse de forma destacada y que han conseguido asentarse de una forma notable con una reputación clara son aquellos que han logrado transmitir la idea de que son grandes expertos en una materia. Y para ello han tenido que estar transmitiendo en todo momento esa idea: es un trabajo de fondo y uno que implica aprovechar todas las oportunidades para ofrecer esa información y para conectar con los potenciales receptores. Como señalan en el análisis, nadie escucha a un experto silencioso. No queda más remedio que hacer ruido.
En el análisis son mucho más agresivos y apuntan directamente a romper todas las normas. Sin embargo, para comprender mejor cómo debe funcionar el trabajo a la hora de crear marca personal, es más claro visualizarlo como una suerte de creación de unas reglas propias. Es decir, no vale con simplemente coger las listas de normas y reglas que otros han compartido y aplicarlas a uno mismo. La marca personal propia es diferente a la del otro, así que las normas y reglas también deben serlo. Hay que pensar lo que uno quiere ser y lo que uno quiere transmitir y crear un camino acorde.
Este es posiblemente el consejo que también tendrían que darnos a todos cuando empezamos a estudiar inglés: esa parálisis tímida cuando "ponemos acento" en las clases del colegio no tiene, en realidad, sentido. Lo mismo ocurre con la vergüenza a la hora de crear marca personal. No hay que ser vergonzosos y no hay que ser excesivamente modestos. Si uno es un experto en algo, tiene que decirlo alto y claro, porque es la única manera de transmitirlo. Cierto es que no hay que cruzar la frontera de la arrogancia, pero tampoco hay que quedarse en una muy pequeña área de confort.
No es algo importante solo porque cada vez hay más y más personas ahí fuera haciendo lo mismo que tú haces y porque además cada vez hay más y más ruido ambiental con el que competir, sino también porque esta es la única manera de transmitir el propio mensaje, de compartir lo que se quiere decir. Igual que no hay que tener vergüenza, no hay que hablar para el propio cuello de la camisa.
Todos estos esfuerzos tienen que llevar a algo. Uno no hace todo el esfuerzo de desarrollar una poderosa marca personal por vicio: la marca personal es una inversión profesional más, igual que cuando se hace ese curso de aquella cosa, se reciclan conocimientos o se aprenden idiomas. Por tanto, hay que tener claro desde un primer momento cómo se va a monetizar ese esfuerzo. ¿Qué beneficios me reportarán directos o indirectos lo que estoy haciendo?
O lo que es lo mismo, no seas esclavo de lo que otros están controlando. Ten tu propio terreno de juego y ten tú el control de las cosas. Las redes sociales están muy bien, cierto es, pero uno se arriesga a verse arrastrado por sus decisiones. Es el mismo problema al que se enfrentan las marcas, quienes también están viendo como todos los ingentes esfuerzos que han realizado para posicionarse en redes sociales pueden verse convertidos en nada en cualquier momento con una decisión de estas.