Por Redacción - 10 Noviembre 2017
La marca personal se ha convertido en una cuestión muy importante, un elemento decisivo a la hora de presentarse como profesional y algo que cada vez se cuida más. Las redes sociales han hecho que estemos siempre expuestos y que nuestra persona profesional esté siempre siendo evaluada, al tiempo que ha hecho mucho más importante el diferenciarse, el marcar de un modo claro cómo se es y cómo se diferencia uno de los demás. Tener una clara marca personal es por ello muy importante.
Pero lo cierto es que la marca personal no debe quedarse únicamente en lo que se hace en internet y en lo que se vierte en la red. Todo lo que hacemos impacta en nuestra imagen y lo que se hace en el universo físico puede hundir o apuntalar nuestros esfuerzos online. En la marca personal hay que trabajar lo offline y, dentro de lo offline, hay que centrarse no solo en lo que se dice sino también en lo que se hace y en cómo se hace. La comunicación no verbal y los diferentes elementos que conforman nuestra presencia pueden ayudar a consolidar ciertos mensajes y a transmitir ciertos valores.
En ello, están todas aquellas cosas que hacemos de forma consciente, como también las que hacemos de forma subconsciente o que los demás perciben de ese modo. Y, partiendo de un análisis de FastCompany, se puede llegar a la conclusión de que en este último terreno se debería trabajar en cinco elementos.
Lo importante no es el momento, sino también el camino hacia ello
Una de las cuestiones en las que fallamos cuando queremos transmitir ciertos valores propios y construir nuestra marca personal es la de pensar que lo importante es el momento de la verdad, por así decirlo. Cuando hacemos networking, nos concentramos en el momento de las presentaciones. Cuando vamos a una entrevista de trabajo, nos centramos en responder bien a las preguntas que nos hacen durante la misma. Sin embargo, y como demuestan las propias entrevistas de trabajo, el impacto no se crea solo con ese momento de la verdad, sino que es un proceso más amplio que abarca más.
De hecho, en las entrevistas la conversación previa, la charla intrascendente mientras se acerca a la sala donde se hará la entrevista o mientras se posicionan para ello, es decisiva. Esas preguntas hacen que se cree una imagen previa y predisponen al entrevistador. La marca personal no se construye sobre lo controlado y posterior, sino también sobre esos mensajes previos.
El valor del apretón de manos
Siguiendo con el ejemplo de las entrevistas, las interacciones no verbales son tan importantes como las verbales. Así, los investigadores han determinado que el cómo se dan apretones de mano hace - de un modo subjetivo - que nos creemos imágenes de los otros como profesionales. Es importante que sean firmes y que, mientras se hace, se mire a los ojos al otro. Esto ayuda a transmitir una imagen de seguridad y de confianza y a asentar ciertos valores dentro de la marca personal.
El papel de la ropa no debe infravalorarse
Parece una cuestión frívola y hasta banal. Al fin y al cabo, el cómo uno se viste no es el cómo uno trabaja o no tiene nada que ver con sus capacidades profesionales. Sin embargo, sigue teniendo un impacto decisivo. La imagen que transmitimos con nuestro vestuario hace que los otros se creen una primera impresión sobre cómo somos y qué nos caracteriza como profesionales. Un traje, por ejemplo, sigue siendo asociado al éxito y a la confianza, aunque necesariamente no implique nada de eso. Por ello, cuando se trabaja la marca personal, hay que cuidar mucho el modo en el que uno se viste cuando quiere transmitir cierto valor.
Cuando se habla de vestuario, también se habla de zapatos
En esta construcción visual de los valores a transmitir en la marca personal se suele hablar de muchos elementos, pero no tanto de los zapatos y de cómo impactan en la imagen que transmitimos. Sin embargo, los estudios de psicología demuestran que los zapatos son el espejo del alma profesional. Sin darse cuenta, los otros forman una idea sobre cómo somos y sobre nuestros valores partiendo de cómo nos calzamos. Los zapatos de colores suelen, por ejemplo, verse como un signo de ser una persona extrovertida.
Los relojes siguen teniendo un papel importante en cómo nos mostramos al mundo
Muchas son las personas que en este tiempo y hora ya no emplean un reloj. Ha dejado de ser necesario. Sin embargo, para construir una imagen y asentar ciertos valores de la marca personal sigue siendo importante. Un estudio británico demostró que se suele percibir que la gente que usa reloj es mucho más concienzuda.