Por Redacción - 4 Abril 2018
El escándalo ha protagonizado la actualidad política durante los últimos días. Tras una exclusiva del medio online eldiario.es se descubrieron una serie de irregularidades en el proceso de acceso a la titulación de un máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. En un primer momento, la información a la que había tenido acceso el diario hablaba de irregularidades a la hora de tramitar el título.
La noticia fue sin embargo una especie de punto de partida para una bola de nieve, ya que a lo largo que han ido pasando los días se han ido sumando nuevos datos y nuevas filtraciones de irregularidades. La presidenta, apuntan ahora diferentes fuentes a ya varios medios, no iba a clase (a pesar de ser un curso presencial), no apareció en los exámenes según sus compañeros o estaba en actos públicos cuando su expediente universitario dice otra cosa, entre otras cuestiones que los medios han ido recogiendo (el hilo completo de lo que se ha ido descubriendo está aquí).
La cuestión ha sido el punto de partida de una crisis de imagen pública para la política y ha llevado a que estallase una crisis política con repercusiones que van más allá de la comunidad autónoma en la que Cifuentes es presidenta. El tema se ha convertido en cuestión de titulares en los medios y no solo en Madrid, que analizan todo lo ocurrido, dan todos los detalles y se han convertido también en un azote de la universidad que le dio el título a la política.
Y es que, en el escándalo Cifuentes, la política no está sola. La universidad en la que estudió el máster y los profesores del mismo, especialmente los responsables del máster, se han convertido en unos protagonistas más. El impacto que está teniendo la noticia es también un quebradero de cabeza para los responsables de comunicación e imagen de la universidad y para la marca personal de los profesores protagonistas. Por ello, en vez de analizar cómo el escándalo puede afectar a la carrera política de Cifuentes y a la imagen política del PP, es también interesante ver cómo tocará a la imagen de la universidad y a la imagen de sus profesores.
Cristina Cifuentes estudió su máster en la Universidad Rey Juan Carlos, una de las universidades públicas más jóvenes de la Comunidad de Madrid. Poco después de que se destapara el escándalo sobre el máster, la propia universidad empezó a protagonizar sus propios artículos en los que se analizaba su historia, se estudiaban sus vínculos políticos y se recuperaban sus anteriores escándalos.
La percepción de la universidad ha caído estrepitosamente y no hay más que ver los comentarios a una de las últimas noticias sobre el tema que han llegado a portada en Menéame para verlo. "Ahora aparecerán ofertas de trabajo en las que ponga, abstenerse titulados de la universidad URJC. Lástima por los que se curraron los estudios en esa universidad, pero ha quedado manchada", escribe uno de los comentaristas y es solo uno entre muchos ejemplos. A pesar de que dos observadores externos van a analizar el proceso de Cifuentes y a estudiar lo que ha ocurrido, la reputación de la universidad ya está tocada.
"Me preocupa que el caso de Cifuentes afecte a nuestro futuro laboral", se quejaba una estudiante de la universidad tras la vuelta de las vacaciones, resumiendo el temor generalizado de estudiantes y alumnos de la universidad en declaraciones a eldiario.es. "Da una imagen deplorable de la universidad pública. Es incomprensible que haga esto la responsable de la Comunidad de Madrid", añadía una profesora en la misma fuente.
El impacto podría además tener un efecto transversal sobre la universidad en España, especialmente si la noticia sale de España y entra en los medios internacionales. Su imagen general podría perder enteros y convertirse en mucho menos positiva. Teniendo en cuenta que las universidades españolas ya no son de las que protagonizan los rankings en términos de imagen de marca, esto podría ser un impacto mucho más importante de lo que a primera vista parece.
La universidad no es la única que ha aparecido en los medios y la única que verá su imagen lastrada por lo que ha ocurrido. La marca personal de quienes se han visto en los medios por esta noticia (más allá de la presidenta madrileña) también se verá afectada.
Desde la profesora que firmó el acta del TFM del máster de Cifuentes hasta la funcionaria que aparece en el registro de cambio de notas pasando por todos los niveles de la escala que se han visto salpicados, todos han aparecido en los medios y todos lo han hecho vinculados con el escándalo. Y la mayor parte de ellos lo han hecho sin un equipo de imagen y comunicación detrás, lo que hará que les cueste mucho más controlar el efecto que el escándalo tiene en su marca personal y, sobre todo, recuperarse de ello.