Como profesional dedicado al tema que titula este artículo (y a otros con los cuales tiene diversos puntos de contacto), y también
como trabajador devoto, estudioso constante y aprendiz permanente del mismo, no me gusta en absoluto
la todavía vigente, y en ciertos contextos, muy creciente tendencia a convertir la marca personal en un atributo de
connotación y aplicación exclusivamente utilitarias a nivel económico, y enfocadas solo a lo mercantil (ya la he analizado antes en este y
otros espacios). Entre tanta información y análisis sobre elementos indiscutiblemente necesarios (y en muchos casos, inclusive, urgentes) como "tu
propuesta de valor", "tu misión", "tu visión", "tus objetivos", "tu estrategia", "tu sector", "tu mercado", "tu competencia", "tus competencias", "tu
empleabilidad", "tu oportunidad de empleo", etc., etc., etc., muchísimas veces se obvia, se relega y hasta se olvida a "tú, persona", ese ser
humano que inevitablemente eres desde que naciste y serás hasta que mueras. Creo que el inicio de un nuevo año (o mejor aún, el final del
recién concluido, pero no muchos solemos dedicarnos a eso en dicha época) es momento muy propicio para que cada quien:
- Analice la forma en que está gestionando esa dinámica entre la persona que es y las diversas variables humanas y no humanas relacionadas
con su marca personal, y la compare con aquella en la que debería estar haciéndolo;
- Identifique las brechas existentes entre su estado actual y el esperado, deseado y necesario en tal proceso de gestión; y por
supuesto,
- Que analice, diagnostique, valide, y de ser necesario, redefina las maneras en que se proyecta, trabaja, aprende, se relaciona,
comparte, retroalimenta, ayuda, investiga, innova, crea, produce, comunica, difunde, colabora, se integra, y en general -¡por supuesto!-, la
coherencia entre el modo en que se presenta al mundo y el modo en que se comporta en él (entre otras muchas actividades, facetas y detalles de
la gestión de marca personal), y las acerque cuanto le sea posible a las que debería aplicar para eliminar tales brechas, con un
horizonte temporal tan claro y preciso como puede serlo un periodo anual recién iniciado. Como bien dice una vieja frase de la sabiduría popular: año
nuevo, vida nueva.
Y no es que todo lo mencionado antes de la última frase resaltada en negritas en el párrafo anterior a la breve lista propuesta (donde se habla de
"tú, persona"), carezca de importancia; al contrario. La cada día más difícil y apremiante situación del mercado laboral y de humanos
con recursos, torna imprescindibles e impostergables los esfuerzos que cada vez más personas hacen para ser tan visibles como les sea posible, y
sobresalir entre muchas que tienen, sostienen y defienden aspiraciones y potenciales similares o equivalentes a las suyas (porque definitivamente,
si eres uno más, serás uno menos, como bien afirma el Maestro Andrés Pérez Ortega). Y en esa dirección, la marca personal,
bien gestionada, deviene resultado positivo de tales esfuerzos; visibiliza, distingue y destaca a quien se hace visible y
merece ser distinguido y destacado (lo cual, como dejó muy bien sentado Tom Peters desde el lanzamiento mismo de este concepto hace
veintiún años, está al alcance de todo el mundo); y cada vez con más frecuencia, se convierte en el factor diferencial clave
para las diversas instancias de poder (gerencias organizacionales privadas, instituciones públicas, inversionistas, fondos financieros
colectivos, líderes de opinión, entre otras: esos stakeholders a los que frecuentemente se refiere el Maestro Guillem Recolons en
relación con este tema), en cuyas manos están las decisiones -o las influencias asociadas a ellas- acerca de temas como acceso al empleo, promoción de
índole jerárquica, selección entre aspirantes y asignación de becas para procesos profesionalizantes, financiación de iniciativas emprendedoras, y
muchas más, en un amplio y variado espectro de posibilidades.
Solo que una marca personal inicia (ser: origen, personalidad, principios, valores, perfil profesional,
competencias), evoluciona, se desarrolla, crece (hacer: trabajar, estudiar, investigar, innovar, crear, interactuar,
relacionarse, gestionar, comunicar, mercadear), y, sobre todo en términos de retorno, "termina" (lograr: aumento de
la visibilidad, mejora de los resultados profesionales en el ámbito de labor, crecimiento financiero, elevación del impacto en el entorno,
posicionamiento positivo creciente ante los públicos objetivo y eventualmente otros, sostenibilidad, perdurabilidad, legado, trascendencia), en
la persona que toda marca personal es (sugiero revisar al respecto el último post publicado en 2018 por la Maestra Eva Collado
Durán, así como su evergreen trabajo titulado Indicadores de que tu marca personal funciona en la vida
real). Y únicamente desde la persona que se es, se puede ser profesional, explorar y conocer el sector,
competir (si no queda otro remedio, porque si logras crear y capturar tu propio océano azul, sencillamente no tendrás que hacerlo; o si eliges
"coopetir", casi de seguro serás integralmente mucho más exitoso que compitiendo), posicionarse en el mercado, equilibrar las cosas con la
competencia, acceder a las oportunidades de empleo o emprendimiento e inclusive generarlas, y un largo etc. Porque para todo eso, lo más
importante es lo que somos como seres humanos viviendo y actuando en familia, en grupos, en comunidad, en sociedad, aportando valor a las vidas de
quienes conviven con nosotros o reciben de cualquier forma nuestra influencia, y marcando sus trayectos, sus cerebros, sus logros y sus almas gracias a
ello. En mi opinión, todo lo demás (y quiero decir TODO lo demás) deriva y depende fundamentalmente de eso.
Entonces, aprovechando el momento y la coyuntura, te propongo un breve recorrido formalmente autointerrogativo, obviamente
autoanalítico, potencialmente autopropositivo y casi seguramente (si lo asumes como debes)
autorregulador, a través de las cinco dimensiones clave que a mi juicio resultan inmanentes al continuo que expresa ese
ineludible tránsito entre tu ser y tu trascendencia como marca personal, y a la imprescindible integración entre ellas que estratégica y
sistémicamente debes gestionar (personal branding); y que de resultas de ello, si haces bien la tarea, muy probablemente podrás
materializar (personal brand). Ellas son: ser, hacer, lograr,
impactar, y trascender.
Ser
Este es, definitivamente, el punto del cual parte todo; porque no hay forma alguna de que puedas marcar a tu entorno, si los insumos de esa marca no
nacen en ti ni brotan desde ti. Aquí tienes algunas interrogantes, como un ejercicio de autoconocimiento.
- ¿Quién y qué eres, para ti y para quienes te rodean y conocen?
- ¿De dónde vienes y cómo has transitado?
- ¿Cuál es, según tú y según quienes te conocen o te rodean, tu historia personal?
- ¿Cómo has sido formado, y cómo ello impactó o impacta sobre ti y definió o define tus esencias humanas -y cuáles
son estas-?
- ¿Qué características, principios, valores, sentimientos, ideales y creencias, te definen y sustentan tu accionar?
- ¿Qué tanto y cómo te pareces -o no- a las personas que han contribuido a tu formación, y a quienes te han influido antes o te
influyen hoy, en cualquier tema, ámbito o sentido?
- ¿Cuál es tu nivel competencial -en todos los temas y sentidos- y de profesionalidad demostrada y demostrable
-ídem-?
- ¿Qué dicen de ti en cuanto al ser, por ejemplo -con base en sus resultados, claro- técnicas como el análisis DAFO (FODA,
SWOT), la Ventana de Johari y el test de Myers-Briggs, o cualesquiera otras que te hayas o te hayan aplicado
en fecha más o menos reciente?
- ¿Qué dicen de ti en cuanto al ser, tus referentes que interactúan contigo, tus superiores
jerárquicos, tus colegas de profesión y compañeros de trabajo, tus públicos no vinculados a
ti por intereses profesionales o de negocios, tus clientes y tus competidores?
- ¿Qué tanta coherencia existe -o desde la mirada de tus públicos, se percibe- entre lo que tú
sientes, lo que piensas, lo que dices y lo que haces? Dicho de otro modo,
¿qué tal andas de superpoderes, como de seguro te lo preguntaría el Maestro Guillem Recolons? ¿Y cómo puedes sustentar esta
autovaloración?
- ¿Qué tan único, diferente, identificable y distinguible te consideras y te consideran, y por qué?
- ¿Cuáles son tus intereses actuales de desarrollo, y hacia dónde se perfilan los futuros?
- ¿Cuál es el grado de congruencia entre la persona que eres y quieres ser, y el profesional que eres y
quieres ser?
- Y tal vez sobre todo, ¿cuál es el nivel de congruencia, de equilibrio, de compatibilidad, de sintonía, entre todo lo que tú eres y
potencialmente puedes llegar a ser (en todos los órdenes posibles), y lo que tu entorno humano desea, espera,
necesita y demanda que tú seas, en este momento y en el futuro previsible (en todos los órdenes posibles)?
Hacer
Aquí caben diversas interrogantes, cuyas respuestas pueden indicarte mucho sobre tu perfil personal y profesional de acción, en el presente, y hacia el
porvenir (y que de hecho, definen mucho de y sobre tu personal branding; y también, por tanto, de y sobre tu personal
brand).
- ¿Qué tanto y cómo trabajas?
- ¿Cómo y qué tan frecuentemente diagnosticas tu situación "hacia dentro" y con respecto a tu
entorno de incidencia como marca personal?
- ¿Cómo formulas y actualizas periódicamente (si lo haces) tu misión, tu visión, tus objetivos y tu estrategia?
- ¿Qué tanto y cómo se integran a tus objetivos y tu estrategia temas de desarrollo, marketing y comunicación, posicionamiento de
marca, desempeño, logro, competitividad, impacto y trascendencia, abarcando e integrando en cada uno lo personal y lo profesional, y
teniendo muy en cuenta que la marca personal es profesional, y viceversa, como bien lo afirma el Maestro Alfonso
Alcántara?
- ¿Cómo implementas, evalúas, y eventualmente replanteas tu estrategia -y en este último caso, por cuáles razones-?
- ¿Qué tan consistentes y compatibles son tus objetivos entre ellos mismos, qué tanto lo son con tu misión, con tu visión y con tu estrategia, y qué
tanto "se parecen" unos y otras a quien tú quieres, debes y puedes ser en el espacio de actuación, desarrollo y contribución definido por tu
misión, y en el horizonte temporal y de logro definido por tu visión?
- ¿Qué tanto crees en ti y en tus posibilidades para materializar lo que has proyectado, y por qué?
- ¿Cuáles herramientas e insumos digitales y no digitales utilizas para tu personal branding? ¿Cómo y por cuáles
razones los eliges? ¿Por qué esos y no otros?
- ¿Qué tanto, cómo y sobre cuáles temas te informas?
- ¿Qué tanto, cómo y sobre cuáles temas estudias?
- ¿Qué tanto, cómo y sobre cuáles temas investigas?
- ¿Qué tanto, cómo y sobre cuáles temas innovas y creas?
- ¿Qué tanto y cómo aplicas y compartes la información que recibes, los resultados de tus investigaciones, lo que aprendes y
lo que creas?
- ¿Qué tanto y cómo te relacionas con los demás, en todos los sentidos posibles?
- ¿Qué tanto, cómo y sobre cuáles temas te comunicas con tu entorno cercano y con tus otros públicos?
- ¿Qué tanto y cómo gestionas los conflictos?
- ¿Qué tanto y cómo creas equipos, te integras a equipos y trabajas en equipo?
- ¿Qué tanto y cómo te motivas por unos u otros temas, y cómo gestionas "hacia dentro" tus motivos?
- ¿Qué tanto y cómo gestionas la relación entre tus motivos personales, los motivos que tienen los demás para trabajar contigo, y
los motivos por los cuales tu organización y/o tus clientes te han contratado, si es el caso? ¿Cuánta congruencia estás consiguiendo
al respecto, y qué puedes hacer para elevarla?
- ¿Qué tanto y cómo conoces, reconoces y valoras a los demás?
- ¿Qué tanto y cómo sirves y ayudas a los demás? O como te lo preguntaría la reconocida personal brander venezolana Ylse Roa,
¿qué tanto te sientes y te sienten como una oportunidad ofrecida a otras personas?
- ¿Qué tanto y cómo produces y difundes contenidos pertinentes a tu actividad profesional y de interés para tus
públicos? ¿En cuáles formatos y plataformas, y por qué en esos y no en otros?
- ¿Qué tanto y cómo curas y difundes contenidos producidos por otras personas, pertinentes a tu actividad profesional y de interés
para tus públicos? ¿En cuáles formatos y plataformas, y por qué en esos y no en otros?
- ¿Qué tanto y cómo te profesionalizas mientras desarrollas tu labor profesional?
- ¿Qué tanto y cómo integras tu accionar personal y profesional en los entornos offline y online?
- ¿Qué tanto y cómo lo que eres y haces en un entorno refleja, retroalimenta y refuerza lo que eres y haces en el
otro?
- ¿Qué tanto networking haces, y cómo lo haces?
- ¿Qué tanto feedback ofreces, y cómo lo ofreces?
- ¿Cómo buscas, recabas, recibes, procesas y aplicas el feedback que te llega sobre ti y tus ejecutorias?
- ¿Qué tanto y cómo gestionas el cambio, y qué tan dispuesto estás a cambiar?
- ¿Qué dicen de ti (si ello aplica en tu caso) las evaluaciones de desempeño laboral que has recibido en los últimos dos o tres
años?
- ¿Qué tanto "se parecen", se vinculan, se retroalimentan y se complementan: tú, tus valores, tu misión, tu visión, tus objetivos, tu
estrategia, tus competencias, tus desempeños, las necesidades actuales y previsibles de tu entorno, y tu propuesta única de valor?
- Y tal vez sobre todo, ¿cómo traduces a tu accionar personal y profesional en diferentes contextos, momentos y situaciones, los valores que
te definen, y cómo los incorporas al proceso de construcción y aportación del valor que de ti esperan recibir los públicos que te
siguen, y al resultado mismo que es, implica, significa o contiene dicho valor?
Lograr
Aquí te propongo algunos criterios que te pueden resultar útiles; no obstante, en plan ampliación y ejemplificación, te remito a los trabajos de Eva
Collado que ya he mencionado antes, así como a uno de Guillem Recolons titulado Señales (no KPIs) de una marca personal saludable.
Veamos:
- ¿Cómo defines, cualificas y cuantificas el valor que aportas, a la luz de las necesidades de tus públicos?
- ¿Cómo construyes, gestionas y haces evidente a los ojos de tus públicos, la coherencia entre quien
eres, lo que eres, lo que haces, cómo lo haces, el resultado que
les estás entregando, y el valor que gracias a ello les aportas?
- ¿Qué dicen tus públicos de ti y de tus contribuciones, con base en la respuesta anterior?
- ¿Qué tanto y cómo satisfaces las necesidades de tus públicos?
- ¿Qué tanto y cómo creces en el proceso?
- ¿Qué tanto y cómo satisfaces tus propias necesidades de toda índole mientras aportas valor, y a través del valor que aportas?
- ¿Qué tanto y cómo te refleja el valor que aportas?
- ¿Qué tanta fe, fidelidad y permanencia generas en tus públicos?
- ¿Con cuánta frecuencia te llegan solicitudes de servicios por parte de nuevos clientes, referidos a ti por un cliente tuyo anterior o
actual, o basadas en su valoración o recomendación, pública o privada?
- ¿Qué tan valioso te consideran y te consideras, y qué tan cerca o lejos están ambas consideraciones una de otra? ¿A qué lo atribuyes?
- ¿Cómo se comportan y evolucionan en el tiempo, con base en tu posicionamiento como marca personal y los resultados que vas
obteniendo:
- ¿Tus relaciones humanas en sentido estrecho (pareja, familia, amigos), tus públicos en general, tus grupos de
seguidores fieles offline y online, y tu cartera de clientes potenciales? Y si has logrado crearla, la mantienes y la
cultivas, ¿tu tribu, tenga el nombre que tenga?
- ¿Tu nivel de desarrollo profesional (y las oportunidades que vas generando o van apareciendo según creces)?
- ¿Tu prestigio (reputación, imagen pública, respeto y valoración profesional, llámalo como quieras)?
- ¿Tus finanzas (y la calidad material de vida que puedes asegurar con ellas)?
- ¿Tu convicción de que estás haciendo exactamente lo que debes, tus motivos para hacerlo, tus
ganas de seguir adelante, y tu certeza de que continuarás haciéndolo, pero cada vez mejor?
- ¿Tu paz interior, tu realización, y tu felicidad?
Impactar
En este tema me resulta muy necesario hacer algunas precisiones de índole conceptual, antes de proponerte las interrogantes de rigor. Veámoslas juntos.
Como he planteado en otro texto, "el impacto (extrapolando y adaptando el concepto a los procesos relacionados con la gestión y el
desarrollo de capital humano, organizativo y social, desde su acepción del Diccionario de la Real Academia que lo define como efecto producido en la opinión pública por un
acontecimiento, una disposición de la autoridad, una noticia, una catástrofe, etc.) es una dimensión de génesis interna, pero de
medición y evaluación necesariamente externa: solo puede ser medido y evaluado desde las esencias, los procesos y los resultados de
quien lo recibe (el receptor o impactado), no de quien lo provoca (el generador o impactante, en la acepción del verbo
impactar hacer impacto en alguien o algo.) Salvando, por supuesto, lo que puede ser denominado como la componente interna del
impacto: asociada al desarrollo que haya sido generado al interior de la entidad como preparación para
impactar en el entorno (impacto ex ante), y también al alcanzado como consecuencia de
haberlo impactado (impacto ex
post), referido esto último a los nuevos desarrollos internos logrados con posterioridad al impacto externo y como consecuencia derivada de
este."
Así, una marca personal es, por su propia esencia, un ente individual generador de determinado impacto, pues el propio hecho
de ser y dejar marca en las personas a nuestro alrededor constituye la génesis del mismo; y su éxito puede equipararse a la dimensión
de dicho impacto, no necesariamente en términos cuantitativos, pero sí, de forma ineludible, en los cualitativos (recordemos que solo
somos y dejamos marca personal en presencia de los demás, y su calidad depende del valor que seamos capaces de aportarles). Pues si el ser, el
hacer, y el tipo, nivel y calidad de logro de una persona, consiguen desde su ejemplo, desde su influencia o desde su intervención desarrolladora
directa -entre otras posibilidades- transformar positivamente al menos una esfera -personal, profesional, social,
etc.- de al menos una vida más allá de la suya, ya puede hablarse de un determinado impacto sobre ESE ser humano;
impacto que será cualitativamente mejor en la medida que signifique un grado mayor de mejora en la esfera impactada o en otras a las
cuales se extienda, y cuantitativamente mayor, más conocido, notorio, reconocido y reconocible, en la medida que más y más
personas lo reciban, lo incorporen y lo difundan; que más y más esferas de las vidas de cada una de ellas hayan sido o sean
positivamente transformadas en el proceso; y que ocurra lo propio con quienes reciban, escuchen, sigan y apliquen el mensaje difusor y el
ejemplo modelizador así transmitidos, y se conviertan a su vez en sus practicantes, difusores, promotores, modelos, etc., etc. Algunas de las
concepciones actualmente en boga sobre cómo construir una "tribu" en torno a una persona, una idea, un modelo, un concepto, una marca, un
proyecto, un producto o serie de ellos, un servicio, una práctica, etc., se basan en lógicas más o menos parecidas a esta.
Puede afirmarse, entonces, que estamos generando impacto positivo (o negativo, por supuesto; pero en este post estamos analizando la
connotación social favorable del tema y del concepto) a partir del momento en que al menos un ser humano es marcado positivamente por la marca
personal que somos y dejamos a nuestro alrededor; o sea, cuando nos convertimos, para él o ella, en una marca personal; o aún de un tercer
modo (¡y caben otros!), cuando ese humano ser nos convierte en marca, y mientras más seres humanos lo hacen, siguiendo la lógica
anterior, vamos evolucionando y pasamos a ser, para cada uno de ellos, ESA MARCA, SU MARCA, LA MARCA. De ahí la enorme importancia de que
sepamos gestionar nuestro impacto como marcas personales; porque él es, definitivamente, la dimensión que define nuestra
esencia como agentes de cambio a nuestro alrededor, con base en el valor de la marca que somos y dejamos. Al respecto, te propongo las
siguientes interrogantes:
- ¿Cómo identificas, cualificas y cuantificas las necesidades actuales, potenciales o previsibles de tus públicos?
- ¿Cómo identificas, defines, cualificas y cuantificas tu calidad humana y tu nivel de competencia profesional?
- ¿Cómo identificas, defines, cualificas y cuantificas la pertinencia de lo que haces y la calidad con que lo haces?
- ¿Cómo identificas, defines, cualificas y cuantificas el valor que aportas?
- ¿Cómo relacionas la pertinencia y calidad de lo que haces, con el valor que aportas?
- ¿Cómo sabes si la integración entre la pertinencia y calidad de lo que haces, y el valor que aportas, resulta compatible con y pertinente a
las necesidades actuales, potenciales o previsibles de tus públicos?
- ¿Cómo constatas que la integración entre el valor que aporta tu ser, el que aporta tu hacer, y el que aporta
tu logro integrando los dos anteriores, transforma o contribuye a transformar para bien, sea para hoy o sea para el futuro -¡o
ambos!-, ALGO (de la índole que sea) en las vidas y los trayectos de los públicos que te siguen, o que de alguna forma reciben tu influencia,
o inclusive de aquellos que no tienen ni tendrán la menor relación contigo y con tu marca?
- ¿Cómo constatas que la integración entre el valor que aporta tu ser, el que aporta tu hacer, y el que aporta
tu logro integrando los dos anteriores, transforma o contribuye a transformar para bien, sea para hoy y/o sea para el futuro,
ALGO (de la índole que sea) en el entorno en que tú y tus públicos coexisten, y en el cual coexistirán las futuras generaciones
herederas de lo que hoy son, hacen y logran tú y tus públicos HOY?
Trascender (a través de un legado)
Cuando ya no estemos por acá, solo se dirá o pensará de nosotros aquello que hayamos sido capaces de sembrar y
cultivar (y que por tanto, haya quedado) en las mentes de quienes nos han conocido y han sabido sobre lo que hemos
sido, hecho y logrado, y qué tanto hemos impactado a nuestro entorno gracias a todo ello. Pero no es preciso tomar el tren final para que eso
ocurra: un movimiento a otra área dentro de la organización en que laboramos, un cambio de empleo que obviamente implique movilidad física, una mudanza
de residencia, un cambio de equipo deportivo (tan frecuente en estos tiempos), una ruptura matrimonial, o sencillamente dejar de vernos definitivamente
y por cualquier razón con una persona o grupo con quien(es) hemos tenido vínculos fuertes por un periodo prolongado (entre otras diversas
posibilidades), pueden ser escenarios propicios para valorar qué tanto y cómo hemos trascendido en el espacio que hasta entonces habíamos
ocupado durante cierto tiempo; o lo que viene a ser lo mismo, cuál es el legado de nuestra marca personal en dicho ámbito.
Te presento algunas preguntas muy básicas sobre este aspecto, y te recomiendo revisar sobre el mismo el texto Primero, lo Primero,
entre otras obras del gran Stephen Covey, cuyo legado es imperecedero.
- ¿Cómo te gustaría ser recordado cuando ya no estés donde estas hoy, por cualquiera de las razones que aparecen más arriba, u
otras?
- ¿Cómo eres valorado hoy por tus diferentes públicos? ¿Por cuáles razones te valoran así?
- ¿Cuál es tu posicionamiento de marca actual? ¿A qué lo atribuyes?
- ¿Qué consideras que tus públicos esperan o esperarían recibir de ti (en cualquier sentido), que hoy no les
ofreces? Y así, como de paso, ¿por qué no lo haces?
- ¿Cuál es la brecha entre tu posicionamiento de marca actual y el que deseas, esperas y necesitas hoy?
- ¿Cómo pretendes salvar esa brecha, comenzando desde hoy?
- ¿Cuál sería o podría ser tu legado ideal para tus públicos actuales?
- Considerando las frecuentes y profundas evoluciones del mundo de hoy, ¿a cuáles otros públicos que potencialmente podrías impactar, les
funcionaría lo que puede ser tu legado actual, y eventualmente, qué de él (y cómo) deberías transformar para que les funcione?
- ¿Cuál es la brecha entre tu posicionamiento de marca actual y el que te gustaría tener cuando ya no estés?
- ¿Cómo pretendes salvar esa brecha, desde hoy?
¿Y la gestión?
Una marca personal se gestiona; creo que ya nadie -o casi- que trabaje con seriedad -o casi- en este campo, discute eso. Y tal gestión
tiene sus especificidades, basadas esencialmente en las características del objeto a gestionar, de los contextos en los cuales interactúa y se
desarrolla, de los procesos que integran dicha gestión, y de los resultados que se esperan de ella.
Caben aquí unas cuantas interrogantes (realmente caben muchísimas, pero solo te propondré algunas de ellas), las cuales, desde el más elemental sentido
común -catalogado a veces como el menos común de los sentidos- pretenden orientar el pensamiento para facilitarte enfocar de forma pertinente el
proceso gestor de tu marca personal:
- ¿Qué tanto y cómo planificas, organizas, diriges -o sea, te autolideras- y controlas el sistema de procesos y acciones de las que
tú eres al mismo tiempo objeto y sujeto, relativos a tu marca personal (es decir, tu proceso de personal branding)?
- ¿Qué tanto y cómo mides, evalúas y analizas el impacto y el retorno de tu marca personal (considerando que ambos conceptos pueden
homologarse en ciertos temas), y cuáles acciones tomas a partir de los resultados? ¿Cuáles indicadores utilizas para
la medición y la evaluación, qué reflejan, y cómo te funcionan?
- ¿Cómo, cuándo y cuánto defines el estado deseado, esperado y necesario de tu ser y tu hacer? ¿Cuáles indicadores
utilizas para ello, y cómo te funcionan?
- ¿Cómo gestionas y qué tanto haces para reducir o eliminar la brecha entre el estado deseado, esperado y necesario de tu ser y tu hacer, y
el estado real de ambas dimensiones?
- ¿Qué tanto y cómo incorporas e integras lo que eres en lo que haces? Y si no lo incorporas ni lo integras, ¿por qué?
- ¿Qué tanto y cómo lo que haces mejora, enriquece y refuerza lo que eres, y sobre todo, lo que aspiras a
ser?
- ¿Qué tanto y cómo retroalimentas mutuamente ambas dimensiones?
- ¿Qué tanto y cómo aplicas, dimensionas y posicionas tu ser y tu hacer -y si no lo haces, por cuáles razones-, en el tipo,
nivel y calidad de logro que obtienes?
- ¿Cómo identificas qué y cuánto de tu ser, así como qué y cuánto de tu hacer, impacta más y mejor a los públicos
beneficiarios de tu logro?
- ¿Qué tanto y cómo gestionas el equilibrio dinámico entre ambas dimensiones, de modo que tus públicos no solo te sigan y posicionen
por lo que eres "o" por lo que haces, sino -y sobre todo- por la mejor sinergia posible (reflejada en tu
logro) entre ambos aspectos de tu accionar y de tu impacto como marca personal?
Resumiendo
Marca personal es mucho más que una, u otra, o varias de sus bien definidas e ineludibles dimensiones de nivel macro, y muchísimo más que las
diferentes variables que actúan en cada una de ellas. Marca personal es el modo en que, integrándolas todas, somos, actuamos y andamos por la
vida; la forma en que gracias a ello nos hacemos percibir, sentir, valorar y posicionar en ella; la impronta que dejamos al pasar por cada estación,
entregar nuestra carga, recoger la pendiente, revisar los motores, repostar combustible, cambiar piezas vencidas, lubricar mecanismos y avanzar a la
siguiente; y por supuesto, nuestro legado cuando definitivamente partimos con certeza de no retorno. Todo lo demás (entornos, relaciones,
recursos, plataformas, métodos, técnicas, herramientas), en tanto identifica, construye, aporta y facilita la integración de múltiples y disímiles
insumos para ello, constituye el soporte para desarrollar nuestra marca personal, el mecanismo para posicionarla y el canal para hacerla tan
visible como nos sea posible; y debe ser integrado, utilizado y gestionado como parte del proceso de personal branding, que
como he planteado en otras ocasiones, existe y funciona para que, trabajando sistémica y estratégicamente sobre nosotros mismos y nuestra interacción e
integración con el entorno, nos convirtamos en la
mejor opción para los demás, o una de las mejores.
Por eso es estratégico enfocarnos en lo más importante, y gestionarlo con verdadera efectividad: la persona que toda marca personal ES, IMPLICA
y SIGNIFICA para las demás personas de su mundo. Pues como seres humanos enfocados en aportar valor a otros seres humanos, y por supuesto, en
contribuir a su desarrollo integral y a la mejora de su calidad de vida, somos y valemos lo que significamos para los demás.