Todos hemos visto alguna vez mientras circulamos por la carretera esa figura negra que se muestra en el horizonte, la silueta de un toro coronada por dos grandes cuernos. Parece que forma parte del paisaje, que siempre ha estado ahí, representando ese sentimiento íbero que nos caracteriza a los españoles, no en vano a la península siempre se la ha reconocido como "la piel de toro".
Tenemos que hacer memoria para remontarnos a los verdaderos orígenes de ese grandioso toro, que no fue más que el logotipo de una conocida marca de brandy, quien allá por el año 1956 encargó a la madrileña agencia publicitaria Azor, con el fin de identificar a su marca con más solera: Veterano. Al poco tiempo, la silueta de este animal concebida por el creativo Manuel Prieto, se implantaba en forma de valla publicitaria en las principales carreteras de al época, y con ello en nuestra vida cotidiana, hasta el punto de que ha llegado a convertirse en un símbolo nacional.
A principios de los años 60 se aprobó la nueva ley de publicidad en carreteras, lo que hizo que todas las vallas publicitarias se desplazaran a más de 125 metros de distancia de las vías. Con ello, nuestro toro debía alejarse de la vista de los conductores, ante lo que respondió duplicando su tamaño, alcanzando con ello los 8 metros de altura. En 1994 una nueva legislación obligaba a retirar todas las vallas publicitarias de las autopistas, lo que ponía en peligro la supervivencia de esta ya emblemática figura. La reacción del público no se hizo esperar; varias comunidades autónomas defendieron activamente su continuidad: Andalucía solicitó su consideración como "bien cultural" y la Comunidad Foral de Navarra lo amparó bajo su territorio atendiendo a una Ley Foral. Esto provocó que en 1997 el Tribunal Supremo se declarara a su favor dado su "interés estético o cultural, que la colectividad ha atribuido a la esfinge del toro", "superando su sentido publicitario e integrándose en el paisaje", por lo que "debe prevalecer como causa que justifica su conservación".
De hecho Recientemente, dos miembros de la familia Osborne abrían en la ciudad de Málaga una de las tiendas dedicadas en exclusiva a la venta de productos con este icono, con la intención de crear una auténtica franquicia en diferentes puntos y ciudades de España. Sin embargo, esta no es la única tienda que hace uso de este famoso logotipo.En la calle preciado de laciudad de Madrid se encuentra otra de las tiendas cuyos productos están estampados con la silueta del bravo semental bajo la marca TORO y que cuenta con todo tipo de productos de merchandising.