Conquistar al cliente nunca ha sido tarea fácil. El marketing siempre ha tenido por misión eso mismo, conquistar. En la actualidad cada marca determina y establece sus estrategias de branding, pero las tendencias en este ámbito en muchas reseñas van por el camino erróneo. Se piensa que la imagen lo es todo, pero la opinión de los clientes a la hora valorar a la marca no dice eso mismo.
Que lo que llamo marketing de postureo es una de las tendencias más acrecentadas en la actualidad, no hay duda. Ese marketing que no busca más que proyectar imagen de marca descuidando en según qué casos y en demasiadas ocasiones, el contenido de lo que marca ofrece. Ofrecer imagen de marca y solo eso, es apostar por una estrategia banal y débil, además de lábil, para conseguir el “amor” del cliente. La imagen de marca ha de ser consecuencia y el gran respaldo del contenido de lo que la marca es, de lo que ofrece, en lo que cree esa marca, por tanto ha de ser un plano secundario a lo realmente importante para el cliente, que no es otra cosa que lo que esa marca le ofrece. Cuando hay un gap de satisfacción por diferencias entre la imagen que se proyecta y el contenido que atiende las expectativas del cliente, siempre pierde la reputación de marca y se ven afectados los resultados a todos los niveles que esta obtiene.
Se dedican ímprobos recursos por parte de muchas marcas a esa proyección de imagen, ojo, que la imagen es importante pero si no describe, explica y apoya el contenido así como si no muestra fielmente el fondo que aporta la marca, entonces es cuando la marca esta comunicando una verdad a medias para el cliente, que es lo mismo que mentirle. Parece que lo único importante es potenciar esa imagen de marca, es más, incluso cuando hablamos de marketing de contenido, es mas frecuente que las campañas se centren y se preocupen por la imagen de esos contenidos que en mostrar contenidos de la marca que sean del interés del cliente, y esto ¿Por qué? pues porque es mas fácil mostrar una imagen que actuar desde la marca con comportamientos que impacten en el cliente como pueden ser un compromiso real con los valores que defienden y con los que ser coherentes en sus actos, porque es difícil crear o generar ventajas competitivas reales del servicio o producto que ofrecemos, por la incapacidad de ser capaces de diseñar ofertas atractivas para el cliente, ante la dificultad para mostrarle al cliente que nuestra marca es diferente y que esto lo perciba con claridad del resto de marca. Por todo esto es más fácil trabajar con la imagen de marca que con el contenido de marca.
Es muy difícil diferenciarse en el mercado y que nuestra marca sea más valorada que la competencia, ese es el camino para conquistar al cliente, es por ello que ante estas grandes dificultades, muchas marcas priorizan sus estrategias de branding centrándose mucho en la imagen y menos en el contenido, ya que lo primero es mucho mas fácil de proyectar que crear contenido de marca de valor con productos o servicios más innovadores, dotar de una mayor calidad de servicio, presentar un brand essence del agrado del cliente, etc. Por todas estas dificultades se explica como muchas marcas cuando quieren estar en el mercado y vender, que no conquistar cliente, apuestan por ese marketing de postureo que comento y que observamos con tanta frecuencia entre marcas comerciales e incluso también entre marcas profesionales y personales (LinkedIn puede ser una magnifico escenario para observar este fenómeno) .
Sin embargo como ya compartí hace algún tiempo el cliente para ser conquistado cada vez exige más a la marca lo que hace y menos lo que dice que hace. Ya escribí sobre este action marketing, que simplemente nos muestra como el cliente cree y valora más a la marca que hace que a la marca que solo dice o peor aún, simplemente posturea. Y esto tiene una trascendencia no solo en la valoración de marca sino en los resultados comerciales de estas. Muéstrame lo que haces y te diré como te valoro.
Por lo tanto, podemos concluir que estamos viviendo una paradoja en el mundo del marketing, mientras los clientes o al menos muchos de ellos, los que más compran, prefieren a la hora de decidirse por una oferta u otra ver los comportamientos de las marcas, muchas de estas están apostando por mostrar mensajes e imágenes que solo tratan de adornar la marca con la pretensión de que sea este el argumento en la decisión de compra y de valoración de la marca. Cuando el cliente posee unas pretensiones y la marca ofrece alternativas que no coinciden con estas, tenemos un problema en marketing, en la marca y en la empresa. Preocúpese de que su marca trascienda de cara al cliente por lo que hace y no solo por lo que dice y como se muestra, ese es el camino para conquistar al jefe, al cliente, el resto es ruido.