Por Redacción - 6 Octubre 2014
Aunque muchos no recuerden realmente su nombre verdadero, Bibendum es una las mascotas corporativas más populares y reconocidas del mundo. El muñeco Michelin tiene una larga historia (y un largo futuro) y muchos son los que lo reconocen rápidamente y lo asocian al fabricante de neumáticos que está detrás de ella. Bibendum hace tiempo que cumplió los 100 años y es una de las estrategias publicitarias de la Belle Époque que ha tenido mejor suerte.
La historia de Bibendum tiene mucho de casualidad. Los hermanos Michelin estaban en una feria de exposiciones allá por la década de los 90 del siglo XIX. Ya eran entonces fabricantes de neumáticos con una marca bastante conocida. Uno de ellos, André, vio una pila de ruedas y comentó al otro hermano que todas apiladas parecían un hombre. Solo le faltaban los brazos, decía. La idea caló y acabó convirtiéndose en el punto de partida para hacer una mascota para la marca. Los Michelin se la encargaron a O"Galop, un dibujante del momento y caricaturista (que es además uno de los pioneros de la animación). El muñeco Michelin había nacido.
El dibujo era muy Belle Époque y usaba muchos de los principios de diseño y de la publicidad de entonces. "Usar personajes era una tendencia en el momento: la niñita de Menier, el Pierrot de Cointreau y así. Lo interesante de un muñeco gordito hecho de neumáticos es que se podía representar en varias situaciones; las diferentes versiones es lo que más me gusta de él", explica a FastCompany Alain Weill, un historiador del terreno del diseño.
La consagración del papel que Bibendum tiene en la cultura popular está, posiblemente, en su papel en Logorama, un corto que ganó el Oscar hace unos años y que está protagonizado por logos de marcas. El muñeco Michelin es el héroe protagonista.