
Este quote de Einstein a mi modo de ver simboliza muy bien uno de los principios que toda marca debe tener, para crecer y ser relevante se debe evolucionar, siendo lo más dinámicas posibles, al ritmo que los consumidores y la sociedad lo hacen.
Mantener una marca fuerte a lo largo del tiempo a parte de una gestión muy cuidadosa, requiere a veces la toma de decisiones arriesgadas que la vuelvan a poner en la senda del dinamismo, lo que requiere en ocasiones "cambios" o refinamientos de marca. Por muy exitosa que haya sido una estrategia en el pasado no es garantiza de éxito en el futuro, más en un entorno veloz como el actual, pues proposiciones, posicionamientos, mensajes de marca pueden perder su relevancia con el tiempo, sobre todo si la empresa no ha sabido evolucionar y dar respuesta a la nueva realidad del consumidor.
Independientemente, de cual es la necesidad que lleva a una marca a "cambiar" hay una serie de aspectos que se deben tener muy en cuenta antes de comenzar cualquier proceso de rebranding.
En primer lugar, un verdadero proceso de "actualización" de marca implica restablecer la promesa de marca hacia todos sus públicos objetivos. Un sencillo lavado de cara - actualización del logo, territorio y mensajes - nunca va a lograr ser suficiente para cambiar las percepciones internas o externas y mejorar los resultados de negocio, si no va acompañado de un verdadero cambio estratégico. En definitiva, un cambio de logo en sí mismo no es un verdadero cambio de marca, es una actualización estética, y sólo una pequeña parte de lo que debería ser una iniciativa de rebranding.
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