Por Redacción - 22 Abril 2019
Posiblemente, sea uno de los logos más fáciles de reconocer en el mercado y uno de los que a los consumidores les cuesta menos recordar, aún cuando no lo tienen delante de sus ojos. El logo de Ikea es sencillo y funcional: un rectángulo azul encierra una forma ovalada en la que se incluyen unas simples letras que dicen Ikea.
En un estudio de hace unos años, en el que se pedía a los consumidores que dibujasen el logo de varias marcas y empresas, el de Ikea era el que lograba mejores resultados. El 30% de los dibujos que los consumidores habían hecho era una rendición perfecta del logo y un 56% una interpretación bastante buena y cercana a la realidad.
Los consumidores participantes tenían que dibujar el logo de memoria. Jugaba a su favor no solo su popularidad (el resto de los logos también eran populares) sino también el hecho de que su forma y su estructura era lo suficientemente sencilla como para que los consumidores conectasen con ella de un modo bastante rápido.
Pero, aunque el logo de Ikea funciona muy bien, la compañía acaba de cambiarlo. El qué ha cambiado la empresa y el modo en el que lo ha hecho ayudan, además, a comprender muchas cosas sobre el estado de las cosas en lo que a identidad de marca se refiere y los retos a los que deben tener que enfrentarse las compañías en estos tiempos.
De entrada, el cambio de Ikea en su logo ha sido muy sutil. Como explican en FastCompany, el cambio es casi imperceptible a primera vista, tanto que ha pasado casi sin ser detectado por parte de la industria. Cuando Brand New, un site especializado en reviews de logo, detectó el cambiazo, Ikea ya llevaba empleándolo cierto tempo. De hecho, tanto como meses. La agencia responsable del rediseño ha confirmado a Fast Company que Ikea empezó a usar el nuevo logo a principios de este año y que espera implementarlo en los próximos seis a doce meses de forma general.
La compañía sabe que su logo es valioso y que funciona, o al menos eso es lo que se puede pensar viendo cómo han cambiado las cosas. Ikea simplemente ha ajustado los espacios. El logo original estaba como, por así decirlo, más estirado. También han cambiado el espacio entre cada una de las letras, para hacer que sean mucho más fáciles de leer, y su tamaño. Las nuevas letras son un 15% más grandes que las antiguas.
Como explican en Brand New, el nuevo logo tenía que ajustarse a ciertos puntos. Ikea pidió que fuese más legible, que funcionase offline y online, que pudiese ser empleado al mismo tiempo que el viejo logo y también que no implicase volver a registrar la marca. Esto es, los diseñadores tenían que jugar con los mismos elementos clave del antiguo y mejorarlo.
¿Por qué cambiar algo que ya funcionaba? En Brand New se preguntan si en realidad les vale la pena todo el proceso de cambiar el logo (tener que asegurarse de que todo el mundo en la empresa acaba empleando el nuevo) para en realidad aplicar un cambio tan sutil.
Pero, en cierto modo, el cambio parece algo bastante ajustado a lo que el mercado necesita ahora y a lo que las marcas tienen que hacer en estos tiempos. La nueva versión del logo es mucho más limpia y se lee mucho mejor en el universo online, especialmente en las pequeñas pantallas de los dispositivos móviles.
Y, como apuntan en Fast Company, el movimiento, por muy mínimo que sea, invita también a pensar que Ikea está pensando cada vez más en la red. ¿Una nueva muestra incuestionable de cómo el mercado recuerda que tienen que cambiar las cosas?