Por Redacción - 2 Diciembre 2019
En una de las últimas actualizaciones que ha publicado Glitch Logos, una cuenta en Twitter en la que un bot modifica logos de compañías muy populares, un círculo rojo, unas letras atropellas (de las que solo vemos claramente una m y una a) y los restos de algo de color amarillo se muestran al espectador. Quien lo está viendo, a pesar de la deformación y de los elementos que faltan, logra rápidamente reconocerlo. En origen aquello era el logo de Mastercard.
Algo similar ocurre con los dos logos que la cuenta destrozó en los dos tuits que lo preceden. Sabemos que son los logos de YouTube y Malboro, aunque se muestren de una manera que podría parecer poco reconocible.
El bot es una más de esas curiosidades de la red. El perfil tiene detrás a Darius Kazemi y publica de forma habitual logos famosos deformados como si hubiese habido un fallo en la carga de la imagen.
"Este fue uno de los primeros bots visuales que hice y me sorprendió lo mucho que gustó a la gente y cómo reaccionaban a los logos", explica ahora el artista. Para Kazemi, los logos deformados transmiten diferentes lecturas que los propios consumidores hacen según sus propias ideas. Para el creador del perfil, su trabajo con logos es una suerte de expresión artística.
Sin embargo, y desde el punto de vista del marketing, su cuenta funciona como una interesante lección sobre el poder de los logos y sobre el del trabajo sólido en la creación de una imagen de marca. Los tuits funcionan y las creaciones de Kazemi tienen eco en los usuarios que las ven porque las marcas que las protagonizan han hecho antes un trabajo muy importante en creación de esa sólida identidad.
Sus imágenes distorsionadas apelan a algo que reconocemos fácilmente y que identificamos sin mucho problema, como una especie de lengua que hablamos de un modo fluido. Igual que ocurre con aquellos idiomas en los tenemos un nivel de fluidez elevado, en los que no necesitamos todas las palabras para comprender qué nos están diciendo, con los logos populares pasa lo mismo.
No necesitamos todos los elementos - ni siquiera que estén en el modo más adecuado y más correcto - para identificar qué nos están diciendo.
Los logos son herramientas muy importantes a la hora de posicionar a las marcas en el mercado. Si una compañía hace bien los deberes en creación de estas imágenes y logra asentarlos de un modo solvente, logrará tener una poderosa herramienta para transmitir mensajes y, sobre todo, para posicionar a la marca en el mercado.
El logo se reconoce de un modo muy rápido, limitando el esfuerzo que el consumidor tiene que hacer para saber de qué le hablan. Al logo lo identificamos con un solo golpe de mirada, lo que implica que procesamos toda esa información en un tiempo ínfimo.
Como explicaban en un análisis, los buenos logos funcionan porque logran resumir en una simple imagen la personalidad de la marca y porque transmiten toda esa información con un único elemento visual. Además, se quedan en la memoria del consumidor, que logra reconocerlo de un modo rápido y eficiente y que tiene, además, memorizados sus principales atributos.
Eso es lo que hace, por ejemplo, que nuestra mente conjure el logo de Starbucks solo con decir el nombre de la marca o que si pensamos en una hamburguesa y comida rápida visualicemos los arcos dorados de McDonalds. Eso es lo que hace también que cuando vemos imágenes fragmentadas de los logos, como ocurre en la cuenta de Twitter, seamos capaces de cubrir de forma inconsciente los huecos para perfilar el logo al completo.