Por Redacción - 27 Enero 2020
Si los anuncios de siempre ya no funcionan bien, ha llegado el momento de encontrar elementos de reemplazo. Entre ellos, el product placement se ha convertido en una opción emergente, especialmente a medida que el boom del VoD ha ido eliminando oportunidades publicitarias. Cada vez hay menos ventanas de oportunidad para posicionar anuncios (porque al audiencia de la televisión cae y el streaming no tiene anuncios), lo que hace que el formato se esté volviendo más y más atractivo. El product placement está entrando en una nueva edad de oro, lo que lo posiciona en un puesto destacado en la estrategia de los marketeros.
Especialmente interesante es estudiar cómo aquellos contenidos de más éxito están integrando a marcas y productos, algo que se ha hecho ya con muchos de los estrenos con más eco de Netflix. Pero lo cierto es que no solo las series de moda de Netflix y de las demás plataformas de VoD incluyen product placement, también lo hacen las películas del momento. Entre los frames de las nominadas a la mejor película del año en los Oscar, que se entregarán a principios de febrero, también se esconden muchas marcas.
Las películas nominadas son las históricas - donde el product placement parece más difícil - 1917, Mujercitas y Jojo Rabbit y - las cintas en las que parece más integrable - Joker, El Irlandés, Érase una vez en Hollywood, Parásitos, Le Mans 66 e Historia de un matrimonio.
En total, y según ha localizado Concave Brand Tracking en un estudio de las nueve cintas, en estas nueve películas aparecen un total de 135 tipos de productos y sobre 350 marcas. En el estudio se quedaron solo con aquellos productos y aquellas marcas que resultan plenamente reconocibles.
Según sus estimaciones, esta presencia ha supuesto para las marcas presentes un valor acumulado en publicidad de 166 millones de dólares.
Por supuesto, no todas las películas han tenido el mismo impacto en términos de imágenes de marca e inclusión de productos. El valor del product placement en Mujercitas es de 0, la única película que no ha tiene marcas visibles y reconocibles, frente a los más 55 millones que logran las marcas expuestas en Le Mans 66. Esta última película es también la que ha tenido un impacto mayor en transmisión de imagen de marca, porque incluye más marcas, mejor expuestas y con más tiempo de pantalla.
Por ello, no sorprende descubrir que la marca que logra hacer el balance final más positivo sea Ford, una de las protagonistas de ese filme. Ford es la compañía con más valor en product placement de todas las nominadas al Oscar a la mejor película, con unas cifras que superan los 15 millones de valor en exposición asociada.
Le siguen Shelby American, Cadillac, Panasonic y Chevrolet en el top 5, completado con Apple, Ferrari, Lincoln, Canada Dry y Shuron. Las marcas de automóviles son, así, las que mejores datos logran gracias al product placement y las que más se benefician de su presencia en pantalla.
En el estudio de Concave Brand Tracking no dan más datos más allá de las 10 marcas mejor posicionadas y no facilitan un censo completo de todas las que aparecen en pantalla, por lo que no se puede hacer una segmentación por países y por mercados de las marcas que son visibles en las películas finalistas.
De las marcas españolas, se sabe, eso sí, que una se ha colado en Parásitos, la película coreana que ha llegado - sorprendentemente - a la terna final.
Es el caso - igualmente sorprendente - de la marca de patatas fritas gallega Bonilla a la Vista, una marca de oculto en la comunidad autónoma y una marca de culto también en Corea del Sur, donde sus latas se ven como objetos de deseo por el producto y por su estética. La presencia de las patatas en el filme fue destacada por la propia compañía, que contabilizó su presencia en "diferentes escenas".