En el mes de octubre de 2014, uno de los elementos más populares de internet - y uno de los más odiados - estará de aniversario. El banner cumple 20 años. Aunque tiene precedentes en las décadas anteriores, se considera que el banner nació, realmente, cuando la revista estadounidense Wired, entonces HotWired, empezó a vender de forma masiva banners para su edición online en octubre de 1994. El primero - que ahora nos llamaría su atención por su ingenuidad y su diseño bastante poco trabajado - se sirvió el 27 de octubre de 1994.
Los primeros banners tenían unas dimensiones de 468x60 y fueron comprados por MCI, Volvo, Club Med, 1-800-Collect y Zima, aunque el primero que se sirvió fue uno que invitaba a pinchar en él (¿has clicado alguna vez aquí?, se preguntaba) y había sido comprado por AT&T, la operadora de telecomunicaciones estadounidense. Según explica la propia Wired en un artículo que le dedicó a su labor como pionera, el formato tuvo mucho éxito y, al tiempo que internet triunfaba y se popularizaba, pronto empezaron a tener más empleados en la parte online que en la de papel. Pronto internet hacía para ellos ya 20 millones de dólares en ingresos.
explica un experto, mientras exista alguien dispuesto a comprar un banner de 300x250 seguirá existiendo quién se lo venda. Eso sí, que siga existiendo no quiere decir que siga siendo lo más. El momento álgido del banner ha pasado a la historia.
La publicidad social y los contenidos nativos están aumentando su poder dentro de las cuentas de publicidad de las compañías, al tiempo que se están dando cuenta de que funcionan mejor y consiguen más resultados. Las marcas tienen además nuevas fórmulas de medición, que hacen que sepan mejor qué quieren de los consumidores pero sobre todo de las webs que sirven sus anuncios. Y no solo los consumidores se han cansado de los banners, también lo ha hecho Google que ha empezado a penalizar en posicionamiento a las empresas que abusan de ellos.