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Longform: el nuevo boom en internet por los contenidos largos y de calidad

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Una de las reglas que suelen repetirse entre quienes llegan a una redacción de un medio online es que los contenidos que triunfan son los que tienen una extensión más bien corta. Busca un titular emocionante que haga que los usuarios hagan clic y luego despacha todo en cinco párrafos. La forma telegráfica y las oraciones cortas son lo que harán que los internautas presten atención a lo que se les muestra. Y, sin embargo, y a pesar de esta perla de sabiduría que se mantiene como una de las cosas que todo el mundo da por verdades indiscutibles de internet, en los últimos años han aparecido medios y sobre todo contenidos que rompen diametralmente con esa idea. Internet se ha empezado a llenar de reportajes de fondo, de artículos que requieren dedicar más de un minuto a la lectura y de espacios en los que lo que importa no es la última hora o el titular llamativo sino el calado del contenido y su calidad.

La red se ha llenado de medios especializados en este tipo de contenidos largos y los medios de éxito han apostado también por ellos. Hasta cabeceras populares (y populacheras) como Buzzfeed cuentan con secciones dedicadas a los contenidos de larga extensión: el longform, como es conocido en la red, está de moda. Los medios cuidan además su diseño, haciendo que estos contenidos sean visualmente más atractivos que los demás publicados.

Puede que parte de la culpa de este boom esté en Longform, un site dedicado a este tipo de contenidos. Cuando empezó, quería ser un espacio en el que se indexaran aquellos grandes reportajes que los medios publicaban en los 60 y 70, largos y profundos, llenos de exclusivas o con el toque literario del nuevo periodismo, pero acabó siendo un punto de referencia, una suerte de agregador, de los contenidos de estas características que estaban publicando ya los medios de comunicación online. "Esta es una edad dorada para escribir en internet", apunta a FastCompany Aaron Lammer, uno de los cofundadores de Longform. "Hay más editores que nunca, más gente escribiendo, más cosas buenas de las que ha habido nunca". A pesar de lo que se dice siempre de la red, los consumidores empezaron a prestar atención a los contenidos que indexaban. Y, sobre todo, los medios que los publicaban notaban de forma paralela un creciente interés por ellos.

¿Qué es un longform? Las características de estos contenidos están muy cercanas a lo que siempre se ha dicho del periodismo de calidad. Los textos superan siempre las 2.000 palabras (este artículo, por poner un ejemplo que sirva de medida, solo supera ligeramente las 1.000), tienen detrás una investigación, están bien redactados y cubren temas en profundidad. Poco importa que el tema principal sea el ISIS, un colegio en un pueblo perdido del Medio Oeste estadounidense o Taylor Swift, será abordado en profundidad y en, por así decirlo, a lo largo.

Para los medios, el periodismo longform es una oportunidad incuestionable, especialmente teniendo en cuenta que está permitiendo probar nuevas formas de generar ingresos (los medios están jugando con los contenidos más largos para diversos tipos de fórmulas de acceso premium) y que los consumidores son más receptivos a ellas que a otras ideas (siempre se sienten más tentados a pagar por algo largo y cuidado que por lo que ya les están ofreciendo). Pero los contenidos en internet no son solo cosa de medios de comunicación y las marcas también están jugando mucho con ellos: ¿podrían sacar partido también a los contenidos de larga extensión?

Los puntos a favor de los longforms son claros. Se trata de contenido de mucha calidad, que genera prestigio y ante el cual el consumidor se siente especialmente receptivo porque le ofrece textos exclusivos, análisis profundos y material diferente al que dan los demás. Un longform no es un teletipo de agencia publicado vía corta y pega. Pero los contenidos de larga extensión no son solo atractivos y exitosos, seductores, sino también trabajosos, caros y complejos.

Redactar un artículo con esas características lleva tiempo y esfuerzo, lo que los convierte en productos caros. Igualmente, no todo el mundo puede sentarse a escribir este tipo de contenido y se requiere para ello una mano experta. Los consumidores tienen además unas expectativas y esos contenidos tienen que cumplirlas.

Nada impide a las marcas sacar partido de esta nueva moda siempre que, eso sí, tengan en cuenta todas estas características. A los medios les está empezando a funcionar (los contenidos longform empiezan a aparecer ya entre los finalistas y los ganadores de premios prestigiosos de periodismo) y a los internautas les sirve para albergar una esperanza: internet también puede ser el destino de las lecturas de profundidad.

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...
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