Los Millennials, o la generación del milenio constituye el nicho de mercado más activo e interesante para las empresas a día de hoy. Se trata de los consumidores del presente, una nueva generación de adultos que ha cuenta con notables diferencias respecto a sus predecesores.
2014 ha sido un año de consolidación de hábitos y tendencias, donde la revolución tecnológica se ha normalizado en nuestro día a día; lo cual podemos apreciar especialmente en las generaciones que han crecido con ella, como es el caso de los Millennials. De ahí que este año hayamos podido apreciar cambios significativos en sus hábitos de comportamiento, preferencias y expectativas respecto a las marcas y forma de comunicarse. Aquí recogemos los cambios más significativos, y premisas que marcarán la relación en el próximo año que nos espera:
Les pierde el vídeo online. Una predilección que se evidencia especialmente en el caso de los varones. Según Nielsen, dedican de media 2 horas y 15 minutos semanales a la reproducción de vídeos en internet. Un tiempo que han restado inevitablemente a la televisión tradicional, a la que destinan 20 horas semanales, frente a las 28 horas de la generación X. En cuanto al contenido que más capta su atención encontramos los vídeos relacionados con diversión, entretenimiento e información útil; como los 3 requisitos que más les atraen.
Todavía muestran interés por los medios convencionales. Eso sí, en su versión online. Los datos de comScore muestran que una tercera parte de su tráfico móvil porche de estos usuarios; mientras que representan el 61% de Vice, y más de la mitad del público de BuzzFeed.
Están socialmente comprometidos, y se decantan por las marcas responsables. Están hasta 3 veces más dispuestos a comprar ropa de aquellas marcas con una conciencia social, antes que marcas de lujo. El 40% de ellos está dispuesto a pagar más por una prenda, si su marca demuestra que trabaja para cuidar el medio ambiente.
Están socialmente comprometidos, y se decantan por las marcas responsables. Están hasta 3 veces más dispuestos a comprar ropa de aquellas marcas con una conciencia social, antes que marcas de lujo. El 40% de ellos está dispuesto a pagar más por una prenda, si su marca demuestra que trabaja para cuidar el medio ambiente.
Disfrutan comprando online, especialmente desde su smartphone. Los dispositivos móviles son una extensión más de su cuerpo. La generación de los Millennials ya no compra sin su móvil. Constituyen la primera generación de consumidores que ha crecido con estos terminales inteligentes en la mano. El 87% de ellos lleva su smartphone siempre consigo. De ahí que hayan interiorizado esa necesidad de acceder a la información desde cualquier momento y lugar, a la vez que su familiarización con la tecnología hace que comprar desde estos terminales no suponga problema alguno.
Son seres 2.0. Para ellos constituyen un canal habitual de comunicación, a través del cual, además, esperan poder conectar con las marcas. Solo Facebook cuenta con 47 millones de usuarios únicos de entre 18 y 34 años. El 84% se hace fan de una marca para mostrar su apoyo; una razón que les mueve más que la necesidad de recibir sus actualizaciones (83%) o beneficiarse de ofertas y descuentos.
¿Qué han de hacer las marcas para conquistarles?
Para conquistar a los Millennials, ya no es suficiente con el discurso corporativo centrado en las bondades de la marca. La escena ha variado de protagonista, y ha de dejar paso al público objetivo como centro de la historia. Así, estos jóvenes constituyen una generación más egocéntrica que las anteriores. Necesitan sentir que la marca les entiende, se preocupa por ellos y les ofrece soluciones adaptadas a sus intereses.
Los Millennials tienen acceso a la información sin precedentes, en su mano disponen de la capacidad de hacerse oír, y cuentan con un poder adquisitivo y status socioeconómico que les permite exigir, y mantener unas altas expectativas acerca de aquello que la marca les debe ofrecer. Les gusta dejarse seducir, y esperan ser sorprendidos. Todo ello sin olvidar la compleja situación económica que les ha tocado sufrir, que ha influido decisivamente en su comportamiento, convirtiéndoles en una generación ciertamente compleja.