Estamos ante el arranque definitivo de los altavoces inteligentes y el control por voz. Si ya no nos extraña nada hablarle a nuestros teléfonos para pedirle que nos llame o nos abra el navegador, ahora la comunicación ha dado un paso más adelante y el paradigma comercial ha cambiado para evolucionar hacia nuevos modelos de negocio que compiten con los más tradicionales.
Como todo gran cambio, requiere cierto tiempo para asimilarlo, es verdad. Sin embargo la tecnología avanza a ritmo acelerado sin esperar a nadie y son las empresas más innovadoras, con personal preparado para adaptarse al cambio, las que logran adaptarse mejor al momento actual.
La llegada de altavoces inteligentes como los Echo de Amazon, Google Home o Movistar Home, cambia radicalmente la manera en que se relacionan los consumidores con la compañías y esto es un hecho que ya está en el mercado y que no hará más que evolucionar hacia la consolidación de la inteligencia artificial.
Dejando a parte el valor incalculable que tienen los datos obtenidos y gestionados por grandes compañías como Google o Amazon, y que merece un artículo aparte, el afianzamiento de estos dispositivos trae consigo la necesidad de adaptar el marketing a este nuevo entorno. No queda otra y ahora os diré por qué.
Los dispositivos basados en inteligencia artificial basan sus búsquedas en el big data extraído de la red. Dicho esto ¿qué pasa si no estamos en la red? Así es, desaparecemos. Por otra parte ¿qué ocurre si estamos en internet pero no controlamos exactamente cómo? La respuesta es simple: otros llegaran al consumidor antes que nosotros y nunca lo sabremos.
Si no lo crees puedes probar un dispositivo de búsqueda por voz y rápidamente te darás cuenta de lo importante que es controlar el canal digital. Escribiendo estas líneas, he realizado la prueba pidiéndole a mi dispositivo "dime dónde puedo comer pasta italiana"; a pesar de tener a menos de 100 metros un restaurante italiano regentado por un amigo mío, el asistente de voz me ha indicado otro que está a más de 1 Km. Si me dan a escoger está claro que iré al de mi amigo porque lo conozco; pero ¿qué pasaría si yo no conociera de la existencia de ningún italiano cerca de mi zona? ¡Bingo! Es más que probable que, habiendo preguntado previamente a un altavoz por un restaurante italiano cercano, mi deseo consumista se dirigiera hacia el restaurante más lejano. Mi amigo, el del restaurante, jamás se dará cuenta que pierde clientes sin saberlo aun teniendo una comida excelente.
A continuación podemos sacar algunas conclusiones del comportamiento de los asistentes de voz y que bien podríamos aplicar al marketing:
En definitiva, el control por voz nos puede servir para dibujar el panorama actual de la comunicación digital. Un horizonte que avanza, se consolida y que no separa On y Off sino que obliga a tener una visión panorámica de las cosas. Del online al offline, del offline al online, y así hasta lograr un movimiento continuo y cíclico que pone al consumidor en el centro de todo acto comunicativo. #ThinkInDigital