
Por Redacción - 28 Junio 2021
Aunque posiblemente no todo el mundo estuviese muy seguro que de iba a ocurrir, el Mobile World Congress (MWC) ha abierto sus puertas en Barcelona. El fin de semana ha tenido los discursos oficiales y las cenas de gana y la feria ha dado el pistoletazo de salida. Barcelona acogerá estos días, entre el 28 de junio y el 1 de julio, la feria de telecomunicaciones, cuya cancelación en 2020 fue la primera señal en España de que algo iba bastante mal y que, este año, se acabó retrasando hasta el verano.
Los asistentes tienen que seguir un protocolo estricto anti-covid, mostrando pruebas negativas de la enfermedad. Además, todo operará con formatos sin contacto.
Las previsiones para este año son bastante bajas, lo que lleva a que en la prensa se esté hablando de una edición descafeinada. Si en 2019, pasaron por el Mobile 109.000 asistentes y 2.400 empresas expositoras, en la edición de este año solo habrá entre 35.000 y 50.000 visitantes y unos 300 expositores. Son cifras mínimas en comparación.
El impacto para Barcelona del Mobile era, habitualmente, abrumador. Los hoteles eran el ejemplo más claro de esto. Los precios se disparaban, encontrar habitaciones vacías era imposible y quienes lograban una pagaban cantidades de locura por espacios que no lo merecían. Sin embargo, ese año solo el 45% de los hoteles barceloneses está abierto durante el Mobile, la ocupación no pasa de media (de ya la mitad de hoteles) y, como señalan en El Periódico, los precios no han cambiado casi.
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