Por Redacción - 15 Enero 2019
El packaging es una herramienta clave en la estrategia de ventas, ya que es lo que permite que los productos lleguen a los consumidores y que este pueda acceder a ellos. Es además lo que introduce a la marca en el punto de venta y lo que diferencia, en un primer vistazo, a la compañía de su competencia.
Como todos los elementos de la estrategia de marketing, el packaging también está en proceso de cambio y de ajuste a los nuevos tiempos. Tiene que seguir el ritmo de los consumidores y que responder a sus cambiantes preocupaciones e intereses. Partiendo de lo que los expertos consideran que está ocurriendo en ese terreno, se puede llegar a ciertas conclusiones sobre cuáles son las tendencias que están impactando en las decisiones de diseño que se están tomando en el universo del packaging.
Los consumidores están cada vez más concienciados en cuestiones de respeto al medioambiente y en cómo sus pautas de consumo crean una huella. Esto hace que tomen nuevas decisiones de compra, pero también que sean cada vez más exigentes con lo que hacen las empresas y con cómo llegan sus productos a ellas. Esto implica que la cadena de producción y de comercialización tiene que ser mucho más respetuosa con el entorno, pero también que el packaging tiene que ser mucho más verde. Las grandes empresas están mostrándose cada vez más preocupadas por este tema y están reduciendo el uso de materiales con un impacto negativo, como es el caso del plástico.
Uno de los grandes cambios en consumo que vivieron los ciudadanos en el año que acaba de terminar ha sido el fin de las bolsas gratis de plástico en todo tipo de negocios. Ahora, tienen que pagar por ellas, estén comprando donde estén haciéndolo. Esto es simplemente una muestra de cómo están cambiando las cosas y de cómo se ha creado una mayor sensibilidad hacia el plástico.
De hecho, el plástico no solo está en problemas por los cambios legales sino también por decisiones de las compañías, que han empezado a reducir su uso. Las grandes cadenas de comida rápida, desde McDonalds a Starbucks, han anunciado que prescindirán de las pajitas de plástico.
Un análisis de Frost & Sullivan apuntaba recientemente que el mercado cambiaría con opciones de packaging personalizado para los consumidores y también usando más tecnología para organizar qué hacen y cómo lo hacen. El futuro pasa por un "smart packaging", como explican en sus previsiones, que asegura la seguridad de los alimentos o que el almacenaje sea duradero, pero que al mismo tiempo los hace mucho más "eco-friendly". Incluso, por tanto, donde no queda más remedio que seguir usando el plástico se empleará de un modo completamente diferente para conectar mejor con las nuevas necesidades del mercado y con las nuevas sensibilidades de los consumidores.
Es lo que los analistas llaman Shelf Ready Packaging. El boom de las compañías de retail que venden a precios bajos (como los supermercados Aldi o Lidl) pero también el empuje del comercio electrónico están creando unas nuevas necesidades en el packaging. El empaquetado de los productos no solo tiene que ser cada vez más funcional, sino que además tiene que servir para reducir pasos o para llegar de un modo más directo a los consumidores. Esta tendencia hace que todo esté mucho más estandarizado para que el proceso de coger y colocar en las estanterías sea mucho más rápido pero también para que esos productos funcionen mejor en ese entorno.
En cierto modo, el packaging tiene que hacer que todo sea mucho más fácil, tanto para la marca como para el vendedor y para los consumidores. Aquí se puede meter otra gran tendencia en packaging de alimentación, el boom del packaging ready-to-eat. Cada vez los consumidores dependen más de comidas ya precocinadas o listas para comer e incluso, cuando no se trata de eso, de servicios de comida a domicilio que les traen la comida que quieren. El packaging tiene que adaptarse a esas necesidades.
El packaging no solo es lo que permite que el producto llegue al consumidor sino que además es una herramienta de marketing. No es una novedad ni un descubrimiento de última hora, pero los analistas creen que cada vez será más reconocido como una solución y como una herramienta de la estrategia de marketing. El packaging se empleará cada vez más para generar reconocimiento de marca y para trasmitir los valores del producto y lo que los hace diferentes. Su papel será cada vez más central.