
Marketing turístico: por qué no tener una buena estrategia de social media marketing es un suicidio
Por Redacción - 9 Mayo 2019
Muchos son quienes ya están investigando, comprando o dando los últimos toques del recorrido a sus planes para las próximas vacaciones. Julio y agosto, los meses por excelencia en las vacaciones de los españoles, parecen todavía muy lejos, al menos para quienes esperan por ellos como momento cumbre de su descanso anual, pero están en realidad a la vuelta de la esquina. Lo están, especialmente, para quienes tienen que conquistar a esos consumidores. Dado que no solo empezamos a soñar con las vacaciones muy pronto sino que además las compramos igualmente pronto, esperando así hacernos con los mejores precios, la estrategia de marketing turístico tiene que estar preparada y ajustada ya desde el minuto uno.
Esa estrategia tiene que tocar muchos elementos y tiene que ajustarse a muchos terrenos. Por supuesto, los responsables de marketing necesitan conocer muy bien a sus consumidores y los espacios por los que se mueven, sus intereses y todo aquello que pueda frenarlos en sus decisiones de consumo, para así ser capaces de pulsar las teclas que harán más factible que estos consumidores compren lo que les están intentando vender.
Pero la clave para el éxito no está solo en comprender a los consumidores, sino también en estar presentes en los principales canales en los que ellos también lo están. Y eso supone, ahora mismo, trabajar la red. La estrategia de marketing turístico tiene que contar con una sólida pata en lo que a marketing digital toca, ya que el consumo de productos de viajes arranca cada vez más en la red, pero también debe asentarse en el terreno específico de las redes sociales. Contar con una estrategia de social media marketing es crucial y decisivo y no cuidar ese terreno puede ser, en el caso de la industria del turismo más incluso que en otros casos, un suicidio.
¿Por qué ocurre esto? La clave está en la importancia que las redes sociales tienen en el consumo de viajes. Los estudios han ido demostrando durante los últimos años que las redes sociales son un elemento clave en el proceso de compra. Nuestros amigos son prescriptores de viajes. Las fotos que suben a las redes sociales y los contenidos que publican desde sus viajes funcionan como un elemento aspiracional e inspirador. Las experiencias de viaje de nuestros amigos, que recibimos gracias a su actividad en redes sociales (un rito más de la experiencia del viaje), son las que usamos como guía para tomar nuestras decisiones de viaje y a dónde ir y consumir.
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