Por Redacción - 9 Junio 2021
¿Quizás se está convirtiendo en una tendencia más de la publicidad? El vídeo promocional de Barcelona, con el que quiere captar a los viajeros en la recuperación del verano, tiene como voz en off a un poeta. El poeta y vídeo artista Dani Orviz nos va contando qué se puede esperar en Barcelona e insiste una vez más en todas esas cosas que habitualmente atraían de los destinos vacacionales.
La de Barcelona es la última, pero no la primera. Los destinos turísticos del resto del país han estado lanzando ya sus campañas - y la de Valencia ya había usado el recurso de la poesía - para captar a los consumidores. Los anuncios de los destinos quieren recuperar el verano: analizar los primeros anuncios del verano deja claro que es el momento de olvidar el coronavirus.
Las campañas, como las que lanzaron antes las aerolíneas, insisten en el placer del viajar. En los anuncios de los destinos, el coronavirus ha desaparecido. No hay mascarillas, ni promesas de seguridad, ni nada que conecte la experiencia a vivir con lo que se ha vivido hasta ahora. La fatiga pandémica ha hecho que estemos hartos de la enfermedad y de todo lo que supone. El turismo ha vendido durante mucho tiempo la ilusión de unas vivencias completamente diferentes, como una especie de escapada de la realidad. En el segundo verano del coronavirus, lo vende más que nunca.
Que las campañas se posicionen de este modo tiene, por tanto, mucha lógica. Los consumidores quieren la experiencia de viajar, con cierto hartazgo sobre lo que la crisis del coronavirus ha supuesto para ellos hasta ahora.
El último estudio de Ipsos sobre los planes de verano deja claro un deseo arrollador de vacaciones. El 100% de los encuestados asegura que este verano se irá, sea como sea, de vacaciones, aunque el 52% también reconoce que todavía no ha planeado sus vacaciones porque está esperando a ver cómo evoluciona la pandemia.
Aunque el deseo de vacaciones es mucho más claro que en el año pasado, cuando no pocos consumidores decidieron no irse de vacaciones ese año por la enfermedad, sí se mantienen ciertas líneas maestras. Esto es, se seguirá prefiriendo el turismo estatal (el 81% de los encuestados no saldrá de España) y el turismo de playa (73%).
Aunque el hartazgo del coronavirus parece claro, el 56% de los encuestados reconoce que el covid-19 seguirá haciendo que sus vacaciones sean este año diferentes. Un 54% asegura que pasará más tiempo al aire libre.
Por tanto, la estrategia de marketing turístico tendrá que hilar muy fino este año. Deberá ser capaz de generar esa sensación de seguridad que los consumidores necesitan todavía en el año del coronavirus, pero debe hacerlo de un modo poco intrusivo.
Esto es, si el año pasado queríamos que nos dejasen muy claro cómo se estaban haciendo las cosas y cómo nos estaban protegiendo contra la enfermedad, este año queremos que todo eso esté ahí pero no necesariamente verlo. Queremos que nos creen una ilusión de normalidad, por mucho que la normalidad no sea la real.
Y, por supuesto, los consumidores quieren experiencias nuevamente, quieren una suerte de viaje al pasado, que los lleve de vuelta a cómo era viajar en el mundo anterior a la crisis.