
LaLiga, la emblemática liga de fútbol española, ha experimentado un giro tumultuoso en su trayectoria que plantea serias interrogantes sobre su prestigio y posición en el escenario europeo. A pesar de su reciente intento de revitalizar su imagen a través de un cambio de identidad corporativa bajo el lema "La fuerza de nuestro fútbol", las malas noticias no dejan de acechar a la liga, arrojando una sombra de duda sobre su verdadera fortaleza y competitividad.
Uno de los golpes más contundentes para LaLiga ha sido su sorprendente caída del Top 3 de las Grandes Ligas europeas en la temporada 22/23. Esta desafortunada disminución marca un punto de inflexión en su historia, ya que durante años había mantenido una posición destacada en la élite del fútbol europeo. Una racha de éxitos se ha visto quebrantada, dejando a LaLiga en una posición incómoda y cuestionable.
La última actualización de los coeficientes de las asociaciones de clubes europeos por parte de la UEFA ha exacerbado aún más la preocupación. Esta reciente evaluación colocó a Francia fuera del top 5, lo que sugiere que incluso la condición de las Grandes Ligas no es inmune a la volatilidad y a los cambios en la jerarquía futbolística. Esta amenaza latente se cierne sobre LaLiga, poniendo en duda su capacidad para mantener su estatus y su influencia en el mundo del fútbol.
Resulta irónico que, en medio de esta caída en el ranking UEFA, LaLiga EA Sports continúe apareciendo en el segundo puesto en la clasificación general de la UEFA, solo por detrás de la Premier League inglesa. Si bien esto podría considerarse un logro, no se puede pasar por alto el hecho de que la liga española ha perdido terreno significativo en términos de coeficiente, lo que plantea dudas sobre la consistencia de su desempeño en el tiempo.
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