Por Redacción - 5 Febrero 2024
La relación comercial de larga data entre Nike y el FC Barcelona parece estar llegando a su conclusión. Aunque existe un contrato vigente hasta 2028, la directiva del Barça considera que el trato financiero actual no es suficiente. El acuerdo con Nike, estimado entre 105 y 155 millones de euros por temporada, se percibe como insuficiente, ya que solo 66 millones provienen de ingresos por patrocinio.
La situación actual, que no es la más desfavorable pero tampoco la ideal, requiere más recursos. La marca alemana Puma ha expresado interés en la camiseta azulgrana, actualmente ligada a Nike hasta 2028, lo que complica cualquier posible ruptura.
Puma ve en el desenlace del acuerdo entre Nike y el FC Barcelona una oportunidad significativa, ya que el club siempre ha sido esquivo para la marca alemana. Mientras tanto, los problemas financieros y la falta de suministros oficiales molestan a los seguidores del Barça, pero la distribución de estos materiales depende de Nike. En respuesta, el club exige más prioridad y facilidades, dado que es uno de los clubes de fútbol que más ingresos genera para la marca estadounidense.
Según las fuentes, en teoría, Joan Laporta sería quien estaría liderando la iniciativa de cambiar de marca en las equipaciones del Barça para mejorar las finanzas del club. Aunque inicialmente se mencionó a New Balance como posible sucesor, Puma ha emergido como una opción fuerte. Las negociaciones avanzan, pero el contrato con Nike se extiende hasta 2026 con 2 años opcionales. Sin embargo, algunos medios afines a la entidad azulgrana recurrían a titulares como “¡Nike debe tener miedo! El ofertón que tendría preparado Puma para convencer al Barça”. Y esto puede llevar a la conclusión que la maquinaría mediática esta trabajando para ejercer presión, lo que reforzaría la teoría de que las ofertas de Puma y New Balance pudieran responder simplemente a una estrategia para presionar a Nike a mejorar su contrato con el FC Barcelona.
Aunque las negociaciones con Puma se encuentran en una fase avanzada, el dilema persiste: ¿se trata de una estrategia hábil por parte del FC Barcelona para obtener mejores condiciones de Nike, o estamos ante el umbral de una nueva era de patrocinio con una marca diferente? Nike, por su parte, enfrenta el desafío de retener a uno de sus clientes más destacados en el mundo del fútbol, en un escenario donde la competencia se intensifica y las ofertas competitivas se convierten en el factor determinante.
En dimensiones y cifras de ingresos, las comparaciones pueden parecer odiosas pero la realidad es que Nike destaca como la marca más grande. Durante el año 2022, Nike registró ingresos superiores a los 38.000 millones de euros, mientras que Puma alcanzó aproximadamente los 7.000 millones de euros. Además, la presencia global de Nike es más extensa, con operaciones abarcando en 50 países más que la propia Nike.
Desde la perspectiva de la oferta de productos, Nike presenta una diversidad más amplia en comparación con Puma. Nike se distingue por su presencia robusta en el mercado de calzado deportivo, ofreciendo productos destinados a una variedad de disciplinas como running, baloncesto, fútbol y entrenamiento. Por otro lado, aunque Puma también ofrece calzado deportivo, su enfoque principal recae en el ámbito del estilo de vida y la indumentaria casual.
En el ámbito del marketing y la Publicidad, Nike se destaca por sus campañas agresivas y de alto perfil. La marca ha forjado colaboraciones con algunos de los atletas más prominentes a nivel mundial, entre ellos Michael Jordan, LeBron James y Serena Williams. Puma, aunque ha llevado a cabo campañas de marketing con personalidades célebres, no ha alcanzado el mismo nivel de prominencia que Nike.
La resistencia de Nike a aumentar su inversión en el FC Barcelona se sustenta en diversas razones, como la pérdida de protagonismo del Barça en competiciones destacadas como La Liga y la Champions League, donde en los últimos años ha disminuido su visibilidad global. Esta circunstancia repercute directamente en la percepción de la marca para Nike, que podría ver reducido el valor de su asociación debido a una menor exposición a nivel mundial. Además, la precaria situación financiera que enfrenta el Barcelona, caracterizada por una deuda considerable y un riesgo palpable de bancarrota. Esta realidad genera una cautela comprensible por parte de Nike, que podría ser reticente a incrementar su inversión ante la incertidumbre sobre la capacidad del Barça para cumplir con sus obligaciones contractuales. Adicionalmente, el proceso legal en curso relacionado con posibles casos de corrupción ha proyectado una sombra sobre la imagen del club. Esta controversia legal ha exacerbado la prudencia de Nike, que muestra una actitud más reservada al considerar asociarse con una entidad sometida a investigaciones legales. Todo ello sumado a que como ya mencionábamos, el contrato actual se extiende hasta 2028.
Siguiendo la línea de acontecimientos, Joan Laporta, también confirmó la evaluación de otras opciones en relación con el patrocinio de la camiseta azulgrana, incluyendo la posibilidad de absorber a Meyba, una marca española con una rica historia en ropa deportiva, como marca propia. Pero el riesgo inherente a la creación de una marca propia es un aspecto crucial a considerar. El Barça, sin experiencia previa en la industria de la moda, se enfrentaría a la necesidad de realizar una inversión significativa para competir con gigantes como Nike, Puma y New Balance, existiendo el riesgo adicional de que la nueva marca no alcance el éxito esperado, implicando aún más pérdidas para el club.
A nivel global, Nike destaca por su imponente poder en distribución, ventas y marketing a nivel global. La red de distribución sin igual de Nike le permite comercializar las camisetas del Barça en todo el mundo, respaldada por un equipo de marketing de primer nivel que puede impulsar la promoción de la marca del club. En contraste, Puma y New Balance carecen del mismo nivel de experiencia y recursos en estas áreas. Llegados a este punto surge la pregunta: ¿Por qué considerar la posibilidad de una marca propia, cuando en teoría otras marcas muestran disposición a realizar ofertas financieras más cuantiosas?
La urgencia de ingresos a corto plazo representa está llevando al Barca a desear imposibles. El FC Barcelona necesita cubrir sus gastos y saldar sus deudas de manera inmediata. Optar por crear una marca propia podría implicar un período prolongado antes de que la iniciativa comience a generar beneficios. La decisión final reposará en las prioridades del Barça. Si se busca maximizar ingresos a corto plazo, es probable que se opte por continuar con Nike o aceptar las supuestas propuestas de Puma o New Balance. Sin embargo, la continua vinculación de la marca Barca a los aspectos relacionados con la corrupción o su actual estado financiero y deportivo, así como los riesgos asociados de verse involucrados por su impacto negativo, no están poniendo nada fácil que las grandes marcas estén realmente dispuestas a pagar más por menos.