Por Redacción - 17 Marzo 2020
Los videojuegos se han convertido en una pieza cada vez más importante en el trabajo en marketing deportivo y en la apuesta por posicionarse de un modo mucho más destacado y eficiente. Si hace unos años, eran parte de una estrategia concreta y del trabajo que se hacía en un terreno concreto, el para llegar a un nicho específico y concreto, ahora es ya algo con lo que se intenta llegar a un mercado mucho más transversal. Los eSports se han convertido en un elemento cada vez más importante, creciente y que llega a públicos más y más diversos.
Además, la clave ya no está solo en aquellos que practican estos deportes electrónicos, sino también en quienes los ven. La industria derivada se ha convertido en emergente y cada vez más atractiva para las empresas.
Pero en este nuevo escenario para el marketing deportivo, ¿cuáles son las nuevas oportunidades que tienen las compañías y cuáles son los elementos con los que pueden trabajar de forma novedosa para conectar con los consumidores? Los anuncios tradicionales aparecen en todos los análisis sobre cómo aprovechar las nuevas fronteras en marketing deportivo, pero no son los únicos cambios posibles. De hecho, la industria también ve una oportunidad en nuevas áreas, como el product placement o el "patrocinio virtual".
El product placement se ha convertido ya en una opción cada vez más destacada en el mercado del entretenimiento. Ante una caída del consumo de la televisión lineal y con ella de los anuncios tradicionales, los marketeros necesitan encontrar nuevas vías para conectar con sus audiencias. Entre esas vías, la inserción de marcas o de productos a través de el product placement interactivo, se posiciona como una oportunidad de oro, ya que los consumidores no pueden evitarlo y si está bien integrado en la historia, se puede convertir en un elemento de creación de imagen de marca con mucho potencial.
También puede serlo en el deporte y en el marketing deportivo. Uno de los géneros analizados por The Drum en relación al futuro de los videojuegos deportivos.
De entrada, entrar en esos juegos es ya una oportunidad de oro para los equipos participantes. A ellos les da una exposición muy elevada y los posiciona de forma clara ante los consumidores. Hace que sean mucho más visibles y mucho más identificables.
Tanto es así que los equipos hacen lobby para que esto ocurra. Es lo que está haciendo una de las ligas de fútbol inglesas, que está haciendo presión para que aparezcan en el Fifa 2020 y así lograr conectar más con la audiencia. Son equipos modestos y no tan populares como la primera, pero también quieren aumentar el potencial de la marca. Como recuerdan al medio británico desde el departamento de redes sociales de esta liga, con una inclusión semejante lograrían más exposición. En cierto modo, se podría decir, quieren convertirse en un constante product placement.
No ocurre exactamente con Fifa, que tiene posibilidades publicitarias limitadas (porque ya está vinculado a marcas existentes y reales), sino con otros videojuegos similares y otros géneros emergentes. Juegos como el Football Manager, de Sports Interactive, es otro de ellos. Los partidos se juegan en estadios que por muy virtuales que sean siguen siendo un escenario perfecto para generar continuos impactos de marca.
Otros juegos como Fórmula 1 vienen repitiendo la misma fórmula casi desde sus inicios. Las marcas más populares de la industria no solo buscan estar presentes en los escenarios reales. También quieren posicionarse y mantener su presencia en los escenarios virtuales.
La startup, Bidstack, ya vende publicidad programática que cubre diferentes escenarios publicitarios en el juego. Se pueden tener desde anuncios nativos a vallas publicitarias en el campo de juego, en los que las marcas - reales y del mundo exterior - se hacen visibles. Dominos o Vodafone ya se han anunciado. Se convirtieron en parte de la realidad de un estadio de fútbol de mentira que busca parecerse a la realidad.
Pero además, y como se puede ver viendo la web de esta startup publicitaria, los anunciantes no tienen que limitarse a esos escenarios. Se pueden crear experiencias más creativas y que hagan la publicidad mucho más orgánica.