
La posible cancelación de los Juegos Olímpicos de Tokio: un campo de minas para las marcas
Por Redacción - 26 Mayo 2021
En términos publicitarios, los Juegos Olímpicos son, cada vez que se celebran, un poderoso motor económico. Las empresas apuestan por las Olimpiadas, ya sea como anunciantes y patrocinadores o usando el tirón que tienen de una manera indirecta. Los años de Juegos los presupuestos se disparan y la inversión crece. A principios de 2020, de hecho, los presupuestos publicitarios tenían cifras muy positivas, las que generaban las expectativas de las elecciones en Estados Unidos y los JJOO como motor de gasto. Luego, llegó la crisis del coronavirus y las cosas colapsaron.
En medio de la debacle global, y tras meses de confinamientos en algunos países y parón en las competiciones, los Juegos Olímpicos echaron el cierre temporal. Como tantas otras cosas, la celebración se pospuso al año siguiente, esperando que las cosas mejorasen y que la enfermedad hubiese perdido fuerza.
Un año después, la vacunación ha arrancado ya en muchos países y se ha vuelto a un cierto optimismo, a pesar de que la gran última oleada de la enfermedad en Europa fue a principios de este año y a pesar de que la pandemia sigue golpeando todavía de forma dramática en otros países, como es el caso de India. Las Olimpiadas se mantienen en el calendario, a celebrar entre el 23 de julio y el 8 de agosto.
Sin embargo, la presión para que esto no suceda se acumula. Incluso aunque se mantenga la agenda y las competiciones se celebren, la edición 2021 será completamente distinta en términos de marketing y de publicidad. Eso, claro está, si finalmente se celebran los juegos.
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