Suelen referirse al fútbol como el deporte Rey y uno de los mayores espectáculos deportivos con más seguidores a nivel mundial. Debido a ello, el fútbol también ha sido durante décadas, territorio para el negocio de grandes empresas y marcas. Y evidentemente, tanto los clubes deportivos como sus principales estrellas, se han convertido en los mejores embajadores de muchas de ellas.
El fútbol es un deporte sí, pero a su vez, es un ecosistema donde se generan todo tipo de operaciones y negocios millonarios. Marketing, merchandising, patrocinios, anuncios publicitarios... las marcas son conocedores de su gran impacto y por ello, este es uno de los deportes con mayo volumen de negocio e inversiones deportivas a nivel mundial.
Evidentemente, ante este escenario, los grandes clubes han pasado de ser solo entidades que compiten y luchan por alcanzar diferentes objetivos deportivos, a convertirse en gigantes de los negocios en los que como no, son partícipes y beneficiarios sus grandes estrellas. Y es aquí donde podemos comenzar a profundizar sobre uno de los temas más calientes de la actualidad deportiva de este deporte. Para muchos, más que un culebrón repleto de acontecimientos y noticias de todo tipo que giran en torno al futuro del jugador francés del Paris Saint-Germain, Kylian Mbappé y la incertidumbre de su posible llegada como fichaje estrella al Real Madrid. C.F.
Mbappé, tras proclamarse campeón del mundo con la selección francesa en el mundial de Rusia en el año 2018, poco a poco ha logrado convertirse en toda una celebridad de este deporte. A sus 23 años, su trayectoria profesional no puede equipararse a la de las grandes leyendas del fútbol, sin embargo, su potencial apunta a que podría ser uno de los nombres de oro de la próxima década. Pero seamos realistas, en el "podría" encontraremos multitud de matices.
De lo que no existe duda, es que el francés ya es un filón y todo un diamante en bruto para las marcas. Mbappé ya es objeto de deseo para una industria de la mercadotecnia, donde hasta hace poco, futbolistas como Messi o Cristiano Ronaldo eran los reyes indiscutibles. En su insaciable necesidad de fabricar nuevos referentes, la industria a elegido a Mbappé como su nuevo ídolo de masas y no por casualidad. Aunque siendo honestos, podemos deducir que esta repercusión y su efecto mediático, no han sido producto de su papel y participación en una liga del nivel y tan poco competitiva como la francesa. Mucho menos de sus logros en un club como el Paris Saint-Germain que año tras año, ve truncado su objetivo de proclamarse campeón de la "Champions League".
Hasta ahora, Mbappé era considerado uno de los pilares más importantes de un equipo repleto de estrellas que en muchos casos, parece que llegaron allí a morir, y a enriquecerse claro está, gracias al dinero y las inversiones sin fondo del gobierno qatarí. Pero a pesar de ser blindados con grandes contratos millonarios, los éxitos deportivos a nivel de club seguían mermando la proyección profesional de un futbolista que casualmente, afirma que desde pequeño tuvo el gran sueño de algún día jugar en el Real Madrid.
Y casualmente desde que el propio Real Madrid mostrara nuevamente su interés de sumar a sus filas al propio Mbappé como su próximo fichaje estrella, su popularidad se ha visto multiplicada de forma exponencial. Todos los medios del mundo futbolístico a nivel mundial cubren minuto a minuto cualquier información respecto a su futuro y este posible fichaje rodeado de cierto halo de incertidumbre y gran expectación. Los periódicos deportivos han perpetuado la imagen del jugador francés día tras días en sus portadas. ¿Acaso podríamos cuantificar o calcular el valor de tales impactos mediáticos en el valor y popularidad del propio jugador? ¡no se lo imaginan!
Muchos teorizan sobre le hecho de que la razón de que hasta el momento su futuro no se hubiera desvelado, corresponde simplemente a una estrategia de marketing para seguir aumentando el impacto mediático del jugador. Bueno para las marcas, bueno para su futuro club y bueno para su bolsillo. Otros sin embargo, consideran que la decisión final reside solo en el propio jugador pero que tras las presiones familiares, y de distintos círculos (deportivos, sociales y políticos) podrían servir para echar por tierra el fichaje que casi todos daban por anunciado y seguro. Lo que sí es seguro, es que sea cual sea su decisión, Mbappé será un futbolista inmensamente rico. Sin embargo, esta compleja decisión, además de determinar su futuro más inmediato, podría también convertirse en un foso oscuro que termine por acabar con la promesa de una verdadera leyenda futbolística. Sí, Mbappé podría continuar en las filas del club parisino, pero alejarse del Real Madrid descartaría toda opción de alcanzar su lugar en el olimpo deportivo.
Sobre ello, puntualiza un artículo publicado en el diario deportivo Marca donde se destaca que, “En el Real Madrid mantienen la confianza en que prevalezca el sueño de infancia de su deseado próximo galáctico. La experiencia dice que quien anteriormente apostó por vestirse de blanco tuvo más fácil acceso a la Copa de Europa y al Balón de Oro, y, en consecuencia, consideran que Mbappé necesita dar este paso.”
Muy a pesar de su nacionalidad y sentimiento patriota, el lugar de Mbappé no está en Francia. Su talento corresponde al de aquellos que fueron estrellas de los grandes clubes europeos, pero casualmente y en este momento, se encuentra en el lugar equivocado y menos propicio para alcanzar la gloria que rozan sus manos. Que decir si con el pasar del tiempo, siguen sin llegar las grandes gestas y éxitos deportivos.
Hemos sido testigos durante años de como ganar un balón de oro ya no es solo y meramente un aspecto deportivo. El Marketing puede utilizarse para crear nuevos dioses e ídolos de masas, y aunque los éxitos de un jugador suelen ser la mayor garantía para lograr tales hitos, las reglas no escritas, los intereses comerciales y las propias marcas señalan con su dedo quién es digno para recorrer ese camino. Si estas en el club adecuado y en el momento adecuado, mucho mejor.
La industria futbolística, las grandes empresas, patrocinadores y marcas que la rodean, seguirán buscando al candidato ideal para realizar su mejor apuesta con el objetivo de generar el mayor retorno e impacto para sus negocios. Y claro, existe vida más allá de equipos como el Real Madrid o cualquier otro gran club europeo, sin embargo, el mundo es tan cruel, que cuando dejas de importar, cuando no ganas, acaba por enterrarte. Recuerden a Neymar.
Me viene a la cabeza aquel año tan emblemático para la historia de España como fue 1992. Año de la Expo Universal que se celebraba en la ciudad de Sevilla. Previamente a su celebración, todo eran portadas, anuncios, patrocinios, propaganda y noticias a través de la cual nos adelantaban su inminente inauguración. Era el tema de moda, incluso los más veteranos recordarán a "Curro", aquella mascota de color blanco y cresta multicolor que te encontrabas hasta en la sopa. Cuando todo terminó, Curro dejó de ser el protagonista.
Kylian Mbappé lo tiene todo, calidad, potencial, talento,... y además es un filón y un diamante bruto para las marcas, pero debe elegir: Ser leyenda del fútbol o la mascota que patrocina el dinero de Qatar.