Por Redacción - 19 Abril 2016
La industria del marketing y de la publicidad se tiene que enfrentar a varios y muy variados retos que hacen que su día a día sea complejo y que el éxito de sus actividades cada vez más complicado. Para empezar, los consumidores son cada vez más reticentes a los mensajes comerciales. Para continuar, lo que esperan de las marcas es cada vez más complejo, más complicado y mucho más profundo (de pronto, la industria tiene que pensar en cómo dotar de emociones, sentimientos y ética a las marcas). Y, siguiendo con la lista, los retos a los que tienen que enfrentarse en cuestiones de normativa, expectativas y riesgos es cada vez mayor. Ahí está, por poner un ejemplo, la cuestión de la privacidad. Las marcas obligan a que sus equipos de marketing o a que sus agencias conozcan cada vez mejor a sus consumidores, pero no solo los consumidores están cada vez más preocupados por ello y son más reticentes, sino que además las normativas que controlan lo que se puede hacer y lo que no son cada vez más duras y más exigentes.
Pero esos son solo unos de los problemas a los que se enfrenta la industria del marketing y de la publicidad y quizás no sean los más graves si se tiene en cuenta lo que el problema que irá a continuación puede suponer: el mayor problema que tienen las agencias de publicidad es la rotación de su personal (que es muy elevada) y la consiguiente pérdida de talento. A las agencias el personal se le escapa de las manos y las deja de ese modo en una situación muy precaria. Empezar otra vez a fichar a trabajadores no solo supone una pérdida de tiempo en el proceso de selección, sino que hace además que se tenga que volver a formar para lo que espera exactamente de ellos a los trabajadores.
Según datos de LinkedIn, la pérdida global de talento de las agencias de publicidad está en el 25% (que son las cifras con las que se cerró 2015). Traducir el porcentaje a cosas más tangibles lo hace más impactante: de cada 4 empleados, las agencias perdieron de media a uno.
Lo más impresionante no es solo que se esté en dobles dígitos (y en unos tan elevados) sino que la situación está lejos de ser mejorada o aplacada. El incremento anual en pérdida de talento ha sido, siempre según los datos de LinkedIn, del 10%. "Hay un nuevo incremento en el ratio de rotación en el mundo de las agencias", apuntaba en una conferencia Jann Martin Schwarz, global director/agency holding companies en LinkedIn.
Los trabajadores de las agencias están simplemente huyendo a otros pastos más verdes y están generando un déficit importante para estas compañías. Como apuntaba Schwarz, la situación sería la equivalente a un "déficit comercial, en el que la industria está perdiendo talento a otras industrias".
¿Por qué está la industria sumida en esta situación tan poco positiva?
Lo cierto es que la industria debería hacer examen de conciencia porque en realidad esta pérdida constante de talento está muy marcada por las propias prácticas de la misma. A eso hay que sumar que cada vez son más los jugadores que quieren hacerse con los trabajadores especializados en marketing y publicidad (y que por ello "roban" a estos empleados) para tener una foto más completa y amplia del asunto. Las compañías de tecnología, como Google o IMB, están creando unidades de negocio muy similares a las agencias y que necesitan a trabajadores por tanto con los mismos perfiles que las agencias de marketing y publicidad buscan. Y esas nuevas fuerzas del mercado están pescando talento y haciendo que los trabajadores dejen sus puestos de trabajo por otros espacios.
Las compañías tecnológicas juegan con varios elementos a su favor que las han convertido en un espacio de trabajo más deseable que una agencia tradicional. Como apunta el experto, por un lado tienen sueldos más altos y mejores condiciones y por otro cuentan con una marca propia como empleadores que las agencias no tienen. Esto es: firmas como Google o IBM han hecho que trabajar en la compañía sea algo asociado a ciertos valores y ciertas ideas, han hecho una suerte de branding de su fuerza laboral, y con ello se han convertido en fortalezas en las que todo el mundo quiere trabajar.
Pero esto es solo una parte de las razones y la mitad de la historia. La misma LinkedIn había hecho no hace mucho un estudio sobre las razones por las que los trabajadores de marketing están tan quemados y acaban abandonando (tanto) su trabajo. Las conclusiones pintan un panorama no muy alentador y dejan muy claro porque hay tantos trabajadores que tiran la toalla y acaban dejando el mundo del marketing.
La primera de las razones es que la industria no cumple en absoluto con lo que promete, una razón, por otra parte, que suele ser bastante transversal a todo el mundo de los media. Todo es, al final, mucho menos creativo, mucho más cutre y mucho más aburrido de lo que se pensaba que iba a ser.
El trabajo no solo resulta frustrante por su propia naturaleza sino también por todo lo que lo rodea. Los sueldos son bajos y precarios y las posibilidades de crecer dentro de la industria muy limitadas. El trabajador siente que va a estar toda su vida haciendo el mismo trabajo rutinario y siendo el mismo empleado junior que era. Todo esto genera un cóctel de frustración y hastío que acaba empujando al talento fuera de la industria.