Por Redacción - 2 Febrero 2021
Uno de los efectos que ha tenido la crisis del coronavirus ha sido la de la explosión del teletrabajo. Si hace unos años el trabajo en remoto era algo todavía minoritario y limitado a sectores muy concretos, ahora se ha convertido en algo generalizado. Las restricciones de movilidad, los confinamientos y las recomendaciones de salir lo menos posible de casa han tenido un efecto directo sobre los patrones de trabajo. A las empresas, en muchas ocasiones, no les quedó más remedio que permitir a sus trabajadores el teletrabajo.
Y una de las áreas en las que el teletrabajo se ha implantado ha sido la del marketing y la publicidad. Los profesionales del sector se han tenido que ir a sus casas para continuar trabajando, lo que ha cambiado las dinámicas de trabajo. Las interminables reuniones presenciales - uno de los lastres que los marketeros siempre critican sobre su trabajo - se han terminado.
Quedan los encuentros por videollamada, cierto, pero la desaparición de algunos de estos elementos que funcionaban como lastre para la jornada están haciendo que el trabajo en remoto se vea de un modo bastante positivo entre las plantillas de las áreas de marketing y publicidad (a pesar de que algunas encuestas señalan que los trabajadores sienten que se ha resentido su creatividad).
El último de los estudios ha preguntado a los trabajadores de las agencias por su relación con el teletrabajo y los resultados son bastante claros: el trabajo en remoto gusta. Bastante. El estudio ha sido elaborado por Float con una muestra de empleados de agencia de todo el mundo. Según sus conclusiones, el 98% de los trabajadores de este entorno quiere que sus compañías adopten una política de teletrabajo de forma permanente. Esto es, no quieren volver a la normalidad pre-coronavirus cuando termine la crisis sanitaria.
A pesar de esta visión positiva del teletrabajo, los datos no implican necesariamente que los trabajadores de agencia quieran una migración completa y absoluta al teletrabajo. La realidad es un poco más compleja: lo que quieren es que sus empresas sean mucho más flexibles y les permitan teletrabajar de vez en cuando.
Un 41% de los encuestados asegura que quiere que su compañía tenga una política de teletrabajo parcial (por ejemplo, que se pueda trabajar dos o tres días en la oficina y el retro desde casa) y un 40% una en la que se deje que el trabajador escoja teletrabajar o hacerlo desde la oficina según sus necesidades. Solo un 17% quiere que el teletrabajo sea la única opción y solo un 2% que se permita solo en ciertas circunstancias.
Quizás, estos datos tan positivos para el teletrabajo se explican por cómo ha cambiado la percepción de su día a día. Antes de la crisis, los trabajadores de agencia estaban bastante quemados y saturados (algo bastante habitual en el universo del marketing y de la publicidad). Ahora, teletrabajando, se sienten un poco mejor.
La mitad de los encuestados asegura que siente que su entorno de trabajo es más saludable desde que lo hace desde casa y, aunque un 66% reconoce que ahora destina más horas a trabajar, solo un 3% asegura que está quemado por su trabajo.
¿Por qué trabajan más horas? La clave está en que, desde casa, cambiar el chip les resulta más complicado. Dos tercios reconocen que les cuesta pasar de las horas de trabajo a las horas que no lo son. Un 40% culpa al aumento de reuniones, un 19% a que están más distraídos y un 10% a que en su empresa se ha reducido la plantilla y por ello tienen más trabajo.
A pesar de todo ello, los encuestados apuntan, en general, que desde casa son capaces de hacer más "trabajo profundo" (sentarse a trabajar sin ser interrumpidos) del que habitualmente hacen en la oficina. Un 55% señala que de media en la oficina hace dos horas de trabajo profundo, mientras que en casa un 69% habla de cuatro horas de media.