Si pensamos en las premisas tradicionales que debían concurrir en un profesional antes de la eclosión social, para ser considerado un buen líder, nos daremos cuenta que los paradigmas asociados a la ética, el compromiso y la confianza, no se han visto modificados.
Cuando hoy hablamos de marcas sociales nos referimos a empresas que tienen en su ADN el fenómeno social y que, desde sus orígenes, sustituyen los despachos cerrados, por ventanas de Chat en las redes sociales, desde los que interactúan de forma horizontal con todos los profesionales cuyos talentos son esenciales para alcanzar los objetivos previstos.
Aprendiendo, ¡hay que hacer todo el camino!
Al igual que sucede con las redes sociales, no es lo mismo ser famoso o popular que ser un ejemplo de liderazgo. En términos generales encontramos una constante en las marcas que han hecho del nuevo liderazgo uno de los pilares de su transformación; todas ellas comenzaron desde abajo y por el camino, aprendieron a extraer aprendizajes de gran valor que les han permitido extraer el máximo potencial de cada una de sus acciones.
Simplificando, desde la individualidad al “infinito y más allá”
Lo vemos a diario, las marcas – personales y de empresa- más exitosas, más influyentes, aquellas a las que sigue mucha gente que se ha transformado en apóstol, tienen objetivos que se adecuan a su realidad, analizan los horizontes temporales y su adecuada planificación y, establecen un método de consecución de objetivos piramidal, donde los objetivos más sencillos, los menos tangibles, aquellos vinculados con el establecimiento de lazos sólidos con sus clientes, son quienes permiten ir avanzando en la consecución de los objetivos globales de la marca.
Actuando, marcas más competitivas
Son muy pocas las personas que se atreven a entrar en acción. ¿Cuántas veces hemos escuchado a las marcas que el temor a las consecuencias derivadas de los errores, es su principal obstáculo para saltar al Social Media? Cerrarse las puertas de la acción, impide la identificación de nuevas oportunidades.
De las marcas que se han consolidado como sociales podemos aprender las claves para transformar conocimientos en acierto. ¡En el liderazgo va implícita la acción, no es lo mismo saber hacer las cosas que hacerlas, una diferencia competitiva!
Finalmente no nos olvidemos que es una consigna de los nuevos líderes explicar sus logros mayores desde una filosofía de acciones individuales, la pasión por lo que hacemos es la que nos permite alcanzar la eficiencia… las marcas sociales son hoy un ejemplo de liderazgo porque, como dijo Henry Ford, nada es extremadamente complejo si somos capaces de segmentarlo en trozos pequeños. ¡Una muy buena filosofía para conformar equipos basados en la unión de nuevos líderes y talentos!