En Social Media, muchos profesionales o entidades se enorgullecen de tener cientos o miles de seguidores en Twitter, Facebook, etc, pero… ¿son siempre de calidad? Esta tendencia, tan de moda ahora, de medir el éxito de una marca (personal o no) por el número de seguidores en los medios sociales ha llevado a muchos a una obsesión por conseguir contactos como sea (incluso comprándolos).
Muchas marcas prefieren aumentar su número de seguidores más por imagen que por crear una comunidad fiel y, por tanto, hay un cierto debate entre la gente sobre si esto tiene sentido o no. Para mí, la respuesta es rotundamente no. La Ley Metcalfe para una red de comunicaciones en si misma sí que tiene sentido y valor, pero la masiva acumulación de usuarios (sin un interés real hacia la marca) no tiene sentido. Se trata sólo de una apariencia y no se consigue “engagement” ni hay buenas tasas de conversión. Esto sucede porque vivimos en una sociedad de masas y, el que tiene mucha gente detrás, siempre se le presupone que tiene que ser alguien relevante. Pero la cantidad no siempre significa también calidad. Además, muchos de los que seguidores son “trolls” que sólo quieren molestar. Tener mucha audiencia no significa tener una gran influencia. No olvidemos que la interacción es la verdadera esencia de la comunicación 2.0, que ha hecho que el poder ya no lo tengan las marcas, sino los consumidores.
En los medios sociales, su verdadero valor no reside en la capacidad para “almacenar” seguidores, sino en la capacidad de crear una comunidad fiel a través de acciones como dialogar, escuchar, movilizar a las personas, etc. Todo ello de forma rápida y gratuita. Esto permite crear una comunidad auténtica y fiel y, si aún es grande, mejor. Por ejemplo, Starbucks España ha entendido muy bien esto y ahora tiene una comunidad muy grande y también muy participativa. En definitiva, la cantidad de seguidores no te dará la felicidad de ver una comunidad fiel que se interese por ti. “Los seguidores son como el dinero”. Tener mucho dinero (muchos seguidores) te harán rico (tener un grupo de mucha gente), pero no siempre te darán la felicidad (el hecho de ver que realmente estén interesados en ti). Sin interacción, la marca (personal o no) se sentirá como “vacía”. La soledad es estar rodeado de gente y sentirse sólo. Por eso, a veces, menos es más. Siempre es preferible tener menos seguidores y más participativos y leales que muchos seguidores y poco interesados en la marca. Por eso, crece de forma natural y también céntrate en tus mejores seguidores o clientes. Aplicando la Ley de Pareto, el 20% de los seguidores normalmente suelen generar el 80% de las interacciones totales.