A lo largo del siglo XX, hemos estado acostumbrados a recibir una publicidad poco veraz y envuelta siempre en un precioso lazo. Nos han engañado mil veces y alguna más. Nuestras quejas eran pocas veces escuchadas y practicamente nunca solucionadas. El cliente potencial era su prioridad mucho antes que el real, siendo claros, tus quejas no les importaban demasiado. Pese a nuestra impotencia y descontento, cómo mucho se lo podíamos contar a nuestros amigos cercanos ( Los padres están siempre incluidos) y algún conocido, pero poco más. Las cosas no cambiaban. Everything changes La llegada de la Web 2.0 ha evolucionado y revolucionado todo. Han aparecido nuevos hábitos en la población, y lo cierto es que se hace muy duro estar más de unas horas sin estar conectado, sin compartir información y por supuesto, recibirla y cotillear un poco. Tenemos nuevas herramientas para comunicarnos, para hacer ruido y mostrar nuestro descontento o todo lo contrario, nuestra satisfacción. Desde diferentes plataformas de la blogosfera, foros, microblogging hasta las decenas de redes sociales existentes. Su gran problema Ahora Tenemos voz y a las empresas les importamos o deberíamos. Ya no nos fiamos de la publicidad tradicional ( Ya han sido muchos años, ¿No te parece?) Sin embargo, valoramos más las opiniones y recomendaciones ajenas, son más objetivas y sin intereses opacos. Probablemente lo que estas leyendo no es nada nuevo, pero lo que es una realidad, es que a día de hoy, en agosto de 2012, un gran número de las PYMES en España no tienen web corporativa o la tienen obsoleta. No controlan los comentarios que circulan sobre ellas en el entorno digital y su interacción con los consumidores es practicamente nula, sin estrategia ni objetivos. Su única solución
¿Y tú qué opinas?