Artículo Social Media Marketing

El mundo está lleno de "gurupollas" pero también de gurús gilipollas

Para ser un auténtico gurú, no basta solo con demostrarlo sino que también hace falta cumplir dos premisas; ni ser egocentrista ni gilipollas
Founder & Dtor. Editorial en PuroMarketing

El término "gurupollas" ha saltado a la palestra no solo porlo evidente y llamativode su fonética. Un reciente artículo del empresario e inversor, Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, también Vicepresidente de la AIEI (Asociación de inversores y emprendedores de Internet), hacía de este vocablo, un nuevo término para referirse a aquellos que se autoproclama "gurús" del social media. Un artículo realmente directo, profundo y duro en su discurso, pero a la vez realista que describía una tendencia constatable. La aparición de falsos profetas que como bien define el propio Alejandro "circulan por internet sin más oficio y beneficio que armar ruido deambulando en busca de un minuto de gloria sin un objetivo concreto. Muchos de ellos se auto consideran influyentes, gurús, expertos e incluso algunos más atrevidos se definen sin rubor como ¡evangelistas, y ninjas!".

Cuanta razón! Pero que no se me cabree el personal por apoyar tales teorías y ni mucho menos se den por aludidoscuandouno se refiere a quienessobrados de ego,se auto proclaman Mesías del marketing 2.0. No se trata de eso. Se trata de comprender la importante diferencia existenteentre el"cuenta cuentos" o "vende humos"frente al verdaderonarrador de experiencias. El verdadero profesional que habiendo demostrado sus éxitos y fracasos puede hablar desde la perspectiva de su valía y de su propia trayectoria y experiencia. Creo que ya lo dije enalguna ocasión, "Ser un Gurú es tan sólo una etiqueta si no has demostrado nada con tu trabajo".

Para Alejandro Suárez,"la aspiración del "gurupollas" auténtico es que finalmente se le contrate para dar conferencias, o como consultor, y eso tiene un riesgo y un coste para los incautos que pican". Llegado a este puntome preguntoyo, efectivamente el mundo está lleno de "gurupollas"¿pero acaso no existengurús que también son auténticos gilipollas y se mueven entre bambalinas gozando de sus minutos de gloria?. Voy a intentar explicarme en este sentido.

Si consultamos el significado real de este término, descubriremos que la palabra "gurú" cuyo significado quiere decir "maestro espiritual" ha venido utilizándose desde siglos en países como la India, yatribuido a la personade gran sabiduría a la que también se le pedían consejos.Esto implica evidentemente que tanto la parte del conocimiento y la gran experiencia,se concibansin duda como losaspectos más importantes a la hora de atribuir dicha "etiqueta" acualquier profesional destacado que se precie. Como se puede apreciar, existe una gran similitud con la figura del "consultor" actual, que a pesar de que pueda ser considerado todo un experto, no tiene por qué ser necesariamente un gran gurú seguido por las masas.

Pero profundizando un poco más, podemos llegar incluso a clasificar diferentes tipos de gurús claramente definidos; el que pretende serlo, el que se lo cree pero no lo es, al que tratan como tal perotampoco lo es, y el que realmente es reconocido como auténtico gurú y demuestra serlo. Al final podemos llegar a la conclusión de que para ser un auténtico gurú, no basta solo con demostrarlo sino que también hace falta cumplir dos premisas; ni seregocentrista ni gilipollas.

Y es en este aspecto en el que quizás pueda mantener alguna pequeñadiscrepancia respecto a la opinión de Alejandro Suárez. Es cierto que en el ámbito del social media, la humareda levantada por los denominados "gurupollas" a veces puede convertirse incluso molesta. Sin embargo, en ocasiones es preferible romper una lanza a favor de quienes pretenden emergen de la nada demostrando su valía aun con la ambición demovilizar grandes masas de adeptos yseguidores,que a quienes son reconocidos o se proclaman como auténticos gurús de palabra fácil pero que luego no son capaces de llevara lapráctica sus propias palabras.

Y de esos precisamente, también hay unos cuantos. Los que intentan dar lecciones a los medios y hablan de como los demás deben hacer bien las cosas, y luego resulta que al entrar por la puerta de su casa,todos los muebles estánllenos de polvo y telarañas. Y ahí los tienen, haciendo de maestros de ceremonias con un cántico de sirena vendiendodel mismo humo que los denominados falsos profetas y tratando sin educación y con desprecio al resto de profesionales. Así que al final va a resultar que noes taltanta la diferencia existente entre un "gurupollas" y un gurú gilipollas.

Por lo demás, excelente el artículo de Alejandro Suárez, cuya lectura recomiendo sin más demoras.

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