Licenciada en Ciencias de la Información, enfocada en la comunicación...

No os voy a mentir. Como unaCommunity Managerpresa de la locura, yo era de las primeras personas en leer este tipo de post cuando se publicaban en la red. Estaba obsesionada, y equivocada, conconseguir seguidorespor encima de cualquier otra cosa. Me pasaba el día mirando mis perfiles en redes sociales para ver si los contadores subían o bajaban: cinco minutos, entra enFacebook; cinco minutos más, enTwitter, otros cinco, enLinkedIn. Una actuación en Social Media nada conveniente. No me entendáis mal: el número de seguidores es importante, pero no lo más importante. Y os voy a explicar el porqué.

Ya sabéis lo importante que es para un Community Managergestionarde forma adecuada lapresencia de una marca en Internet. Como nexo de unión entre los clientes y la empresa, un Community Manager debe aportar a los seguidores de esa compañía unos contenidos que les aportenvalor, quesatisfagan sus necesidades, para que acaben recomendando nuestros productos y servicios. El sueño de cualquier Community Manager es que esos clientes se conviertan enembajadores de la marcapara la que trabaja y sabe muy bien que, para conseguirlo, el cliente necesita recibir algo a cambio. Hasta que el cliente no alcance su objetivo, la marca no alcanzará el suyo enMarketing digital. Así de simple. ¿Y cómo se consigue?

No hay una fórmula secreta. Es cierto que es importante que nos siga el público, pero no cualquier público. LLegar a nuevas personas que sientan que una determinada marca les aporta algo en sus vidas se consigue a través de trabajo, esfuerzo y no olvidando quelo primero es el cliente, que se convierte en el protagonista destinatario de nuestro contenido, un contenido de calidad, original y que sea capaz de transmitir valor. Mi consejo, pensad en ellos cuando desarrolléis vuestro trabajo. Sólo de esta manera llegaremos realmente a conocer lo que busca, lo que quiere nuestro público objetivo. Lasredes socialesson una forma excelente de dar a conocer nuestro trabajo, pero muchas veces nos olvidamos de lo esencial: nuestro trabajo no tendría sentido si nadie lo siguiera. Dejemos de mirarnos el ombligo y escuchemos, de forma inteligente y constructiva, lo que nos están pidiendo.

Por lo tanto, seguir a 2000 personas en Twitter para que de ellos te sigan 800 es unaestrategia pésima y muy poco profesional. Y lo mismo podemos aplicar a cualquiera de nuestras redes sociales.

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